Mediante el análisis de la obra de tres artistas: la fotógrafa americana Cindy Shermann (1954), la artista conceptual francesa Sophie Calle (1953) y la obra audiovisual de la catalana Eulàlia Valldosera (1963) veremos de qué manera se instala la performance. Instalar la acción. ¿Se puede instalar la acción o no? ¿Hay una imagen de la representación? ¿Qué tipo de registro se usa? Ahora debemos tener en cuenta al artista de la performance, al artista del registro y al artista de la instalación. Lo que se instala es el resto.

Cindy Sherman, artista por excelencia de la performance de la no-accón, es una fotógrafa realidades ficcionales. Apoyada en las grandes poses del cliché con influencias de los medios de comunicación y a través del denominado film-still. Se trata de una narratividad sin necesidad de acción, donde el momento fotografiado es antes o después, nunca una secuencia completa. Mediante la paralización del gesto que ocurre delante de la cámara, busca el lado perverso del disfraz por medio de una cultura canibal que se alimenta de obras anteriores, un modo de anacronismo.

Sophie Calle, la performance ya no es sino lo que queda de ella, un resto. Sus instalaciones performáticas son como antiguos bodegones. En ellas, convierte los objetos en signos: palabras de amor escritas en las cartas del que fue su amante, se convierten en el pelo, el condón, la cama o las sábanas sucias como restos de lo que una vez fue. A partir del registro de los restos, instala el objeto de esa ausencia de la acción, quedando de ésta un vacío. Lo instalado es el vacío.

Eulàlia Valldosera registra la performance en directo y la instala en vídeo. En otras obras, usa los objetos y los proyecta como cuerpos del mundo materno a modo de imágenes en la sala. En una obra siguiente, el objeto será el aparato. Inventa una maqueta-aparato de proyección dondes las imágenes serán proyectadas en las paredes de la sala. La obra se convierte en virtual. Más adelante, toma al espectador como usuario del aparato-proyector para instalar lo virtual.

Sara Alfonso Domenech