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 Dieter
            Roth
La
            pell del món + altres coses mésMACBA, Barcelona, 2001
algunas notas
            al hilo de la exposición En
            primer lugar, voy
            a extraer algunas frases de su presentación en
          el MACBA: “su producción artística va a coincidir con
          la vida. Recopilando y procesando lo que encontraba diariamente, Roth
          va a crear su propio universo”. Es decir, la construcción “del
          mundo” no es el caso de los clásicos, una imagen del mundo,
          sino los restos y su ordenamiento, y su consiguiente re-presentación
          en series le permiten la construcción de “su mundo”. 1.
            Así con técnicas y materiales, chocolate, queso y
          otros alimentos, excrementos, restos de materiales diversos, expresa
          su visión del mundo. 2.
            Luego deja de lado la experimentación con lo material en
          sí, y va a comenzar a registrar y archivar elementos de “su
          vida cotidiana”, como son 420 películas en 35 milímetros
          proyectadas en loops continuos, con el título común de
          A Diario . 3.
            Registra el mundo que lo rodea al extremo, que llega a documentar
            todas las casas de Reykjavik
            con diapositivas, no una sino dos veces,
          un total de 32.000 diapositivas, ordenadas en cuatrocientos carros
          de diapositivas, registran la vida de la pequeña comunidad y
          cómo iba cambiando en esos años.  4.
            Así en los noventa, luego de re-crear con los restos de su
          realidad, con los restos de su vida cotidiana y con los restos de su
          entorno más cercano, una y mil veces, se acerca aún mas
          a la realidad cotidiana, del artista, a través de los materiales
          que mostraban restos de su proceso como artista. Las cartulinas que
          se habían usado para proteger las mesas de trabajo, las alfombras
          de su estudio. De esta manera Roth rechaza el valor de un objeto y
          lo muestra solo en su materialidad, como otra “composición de
          su proceso”.
 Jaume
            Vidal, crítico
            de El País dice de Roth: “Aportó no
          sólo la idea de proceso como actividad constructiva del artista,
          sino como un efecto de la propia materia orgánica aplicada al
          trabajo de creación”. “Lo que pretendía Roth con el enlace
          de su obra con elementos de la cotidianeidad era la incorporación
          de la vida al proceso artístico. Así como los excrementos
          de conejo y diversos materiales, pasta de papel de libros, le sirven
          para realizar una serie de embutidos, que son nombrados con los títulos
          de dichos libros, de carácter efímero que desacralizan
        la idea de obra de arte como algo imperecedero archivado en los museos.”
 Pero
            cómo llegamos de la re.presentación a la presentación,
          y de la presentación, aún del objeto esto es bastante
          claro en los casos de Arman y de Brossa, a la pura materialidad, a
          los restos de los objetos, seguimos en esta pista. ¿Sucede lo
          mismo con la escritura? ¿Les sucede lo mismo a los escritores?
          Hemos visto con Brossa algo de esto, el poema pierde su valor significante,
          resta su valor como signo, como letra, y es en su pura materialización
          que cobra una nueva significación, no por su rearticulación
          significante, Brossa dice cobra un valor visual. En
            la prensa de este último mes se destaca la nominación
          al Nobel de Literatura de Nicanor Parra, escritor y poeta chileno internacionalmente
          conocido, pero lo que me llama la atención es la siguiente noticia:
          “Telefónica en Madrid expone la antológica Artefactos
          visuales".  En
            la columna del crítico Juan Antonio Ramírez que titula
          “La subversión del objeto” (me resuena el conocido texto de
          Jacques Lacan “La subversión del sujeto”) dice de dichos “Artefactos
          visuales”: “Algunos pertenecen a la tradición literaria propiamente
          dicha, aunque tengan un soporte físico peculiar que justifica
          su cómoda inserción en el ámbito de las artes
          pláticas” Dice mas adelante: “La distinción entre metáforas
          vivas y metáforas muertas que recordaba a Jorge Luis Borges
          podría adquirir en este contexto un valor especial, los entes
          inertes resucitan, el mundo vuelve a rehacerse –yo agregaré-
          con sus deshechos.” “Su gran aportación ha consistido en exasperar
          la lógica combinatoria de las colisiones: de las palabras entre
          sí, de los objetos entre sí, de los objetos con los objetos,
          y de los textos antipoéticos con las cosas sublevadas de su
          servidumbre original”.   |