| 
      Ciclo
                      de conferencias
 Arte
            y acción
 Entre
        la perfomance
 y el objeto, 1949-1979
 Comisario:
 Paul Schimmel
 MACBA, enero de 1999
 
 
 
 Transcripcion interna,
 no autorizada ni por el autor
 ni por la entidad.
 |  | El
            deseo y el documentoPeggy Phelan
 
 Parte I
 Quiero
          reescribir el principio de mi exposición, porque en la versión
          original, como todas las originales, ha sido revisada muchas veces,
          y creo que escribí demasiado rápido, es más, lo
          sé. Pasé por alto el logro extraordinario que es “Out
          Of Actions”.  Por
          favor perdonadme, este es un país católico. Perdonadme,
          pero soy una académica de la escuela de la performance. He hablado
          durante mucho años, en muchas ciudades, en lenguas que no puedo
          entender, sobre el campo académico de la performance. En parte
          porque el campo del estudio de la performance ha permanecido sin reconocerse.  A
          veces he sentido que me he dedicado a un proyecto imposible. La seria
          y realmente rigurosa pedagogía, la disciplina de enseñar,
          es imposible. La disciplina de enseñar viviendo con lo que siempre
          hemos perdido.  Pero
          el gran logro de “Out Of Actions” no es nada seguro desde
          el establecimiento de un campo de estudio coherente, histórico,
          intracultural, filosófico y político. Quiero
          agradecer a Guy Brett, Krisstine Stiles y toda la gente, todos los
          artistas, creadores, etc. involucrados en este evento por la inspiración
          y labor profundamente generativa. Y quiero agradecer a la gente del
          MACBA, especialmente a Ana, por invitarme a expresar algo de mi gratitud
          en persona y en público. Hoy, mientras escribo esto de nuevo,
          y mañana, cuando lo lea, entre ahora y entonces, aquí y
          allí, entonces y ahora mismo, ruego trabajar y soñar.
          Pero como académica, como le gusta llamarme mi hermano, “alguien
          que busca argumentos para vivir” (y no es un abogado), quiero
          mostraros una de las implicaciones de la exhibición.  Hago
          esto, porque después de muchos años pensando y enseñando
          y animando a artistas y espectadores a valorar el poder de lo efímero,
          estoy un poco paranoica, ansiosa, nerviosa, etc. de que “Out
          Of Actions” se convierta en un sencillo y rápido entretenimiento,
          un cd (pulsa “comienzo” para empezar). Podría convertirse
          en un sistema académico, para una forma de arte cuyo logro ha
          sido una furiosa resistencia a ciertas posiciones y conservaciones
          en las que los museos participaban. Da igual cuanta gente de poca consciencia
          con grandes museos resistieran esa conservación. Esto no es
          necesariamente trágico, pero creo que “Out Of Actions” nos
          recuerda, de nuevo, la importancia de insistir delante de la fuerza
          de lo perdido o la fuerza de lo malinterpretado en el proyecto de la
          documentación. Tan feliz de tener una historia, tan feliz de
          tener algo a lo que apuntar, tan feliz de haber reencontrado un objeto…Debemos
          olvidar en nuestra exhuberancia, olvidar que como ciertos documentos
          y trazos esos objetos permanecen necesariamente destruidos y reformados:
          The Body Of Art. Eso
          nos recuerda que a veces cosas que nuestros cuerpos nos piden que sigamos
          con ellas son cosas que nos hacen querer vivir.  “Out
          Of Actions” finaliza en 1979 y creo que es una fecha importante,
          porque es una fecha que marca un punto final cultural e internacional.
          En los últimos 20 años dos grandes verdades han salido
          a la luz:  Una,
          la performance más espectacular en nuestra época está ocurriendo
          en el ámbito de los políticos, y creo que se ha reflejado
          en los periódicos que hemos leído hoy. Y nuestros jefes
          de estado son los performers que más influencian. Dos,
          lo que hizo esta chocante realidad posible ha sido la larga lista de
          tecnologías de reproducción. Tecnologías que tienen
          una estructura ideológica que es la consecuencia directa de
          la dominación capitalista del mundo.  Los
          artistas en “Out Of Actions” vivían en un mundo
          totalmente distinto al nuestro, política y tecnológicamente
          hablando. Los estilos de documentación del trabajo de los artistas
          europeos del este, particularmente en Praga y Rumanía, sugieren
          algunas de las formas en las cuales los performers animan y se convierten
          en víctimas de algunas de las transformaciones a la vez.  La
          promesa de la tecnología reproductiva ¿?????? Pero creo
          que hemos analizado todavía la ambivalencia necesaria en el
          proyecto de la documentación.  Hoy,
          quiero trazar por encima dos instancias remarcables de nuestra actual
          confusión alrededor de la documentación: Una en el campo
          político y otra en el campo del arte.  Esta
          distinción está inmediatamente unida a nada más
          que ¿???? La
          casa de representativos llamando al presidente Bill Clinton.  Siempre
          me han gustado las performances que revelan que han tenido secretos,
          no porque esté interesada en el contenido de los secretos, sino
          porque tengo un gran aprecio por todo aquello de lo que no se puede
          hablar, escribir, ver, etc. Pero nada de eso nos define, define nuestros
          cuerpos, nuestros deseos…Estoy interesada, en otras palabras,
          en vivir y pensar alrededor de los oyentes de objetos y, sobre todo,
          de los oyentes de sujetos. Estoy interesada en todo lo que el documento
          no puede tocar.  Parte
          I Richard
          Nixon está apareciendo mucho estos días en las noticias
          en los Estados Unidos. Su presidencia ganó en el acto de concilio
          de la Independencia, que dirigió hacia el primer acto de lo
          que se llamaron los actos inapropiados de Bill Clinton con Monica Lewinsky
          en su oficina. ¿???
          Que llevó a que la resignación de Nixon desmostrara el
          extraño poder del secreto político, una vez que el hecho
          empezara a salir a la luz. La idea de que Nixon era culpable de algo
          demasiado frío era el hecho de que era un secreto, más
          que el contenido del secreto, que desencadenó en el problema.  El
          teatro de la performance norteamericana en la política ¿?
          Después de que Nixon no escondiera más el secreto político.
          El pueblo americano tenía el derecho de saber que el concilio
          de la Independencia, la libertad del acto de la información,  Pero
          en los 24 años entre 1974 y 1998 el teatro de la presidencia
          americana pasó a través de grandes performances del presidente
          y actor Ronald Reagan. Curiosamente
          Reagan no aparece mucho en las noticias últimamente, ya que
          tiene alzheimer, una enfermedad que causa el deterioro progresivo de
          la memoria. Reagan, aunque sea difícil de creer, no recuerda
          que fue el presidente de los Estados Unidos de 1981 a 1989. Pero eso
          no quiere decir que lo tengamos que olvidar, ya que Bill Clinton no
          lo ha olvidado, no ha olvidado las muchas lecciones de las acciones
          políticas de Reagan durante los ochenta. La década que
          dejó la desmentalización de la situación nacional
          para las artes, llena de fotografía y arte performativo, que
          fue etiquetado como ofensivo, perverso y obsceno por el nuevo derecho. Las
          acciones de Ronald Reagan han sido recogidas por Peggy Newman y Kenny
          Kakeishan????, dirigidas por John Quickly. La presidencia de Ronald
          Reagan dramatizó la brillante y atractiva atención por
          la historia del olvido, que es la forma más consistente de actuar
          en el plano político norteamericano. La controversia del olvido
          de Reagan, de las lecciones del mundo también, alcanzó su
          punto álgido en sus pobres explicaciones sobre su decisión
          de visitar el gran cementerio militar en 1985.  Bill
          Clinton, recordando el atractivo del olvido, en el vídeo que
          grabó en la Casablanca el 18 de agosto de 1998. Quiero concentrarme
          en esta performance, que motiva un contexto, porque revela la legalidad
          de Reagan como una persona enormemente popular, pero lejos de la verdad
          del presidente que actúa. Reagan es/fue mejor performer que
          Clinton, porque fue muy cuidadoso, a pesar de la diferencia, con los
          detalles de los políticos. Cuando él dijo: “No
          recuerdo”, era realmente posible. Por otra parte, Clinton estaba
          envuelto en detalles y realmente tenía una facilidad para recordad
          ciertos detalles, y una muy celebrada memoria, seguramente porque Clinton
          es listo, pero poseía una capacidad de decepción. El
          problema de Clinton, el 17 de agosto, fue que intentaba transformarse
          a si mismo en un hombre que, como Ronald Reagan, no podía recordar.
          La performance de Clinton estaba enmarcada por la poca credibilidad
          que tenía frente a la prensa, ya que el vídeo se sabía
          que iba a hacer daño al presidente, porque estaba sudando y
          en general fuera de control. La gente que predijo este daño
          era gente que estaba presente en la grabación del vídeo,
          habían visto la original, pero no la retocada. De hecho, en
          el vídeo, Clinton estaba extremamente simpático y atractivo,
          después de que la cinta fuera mostrada, la popularidad de Clinton
          empezó a subir después de las revelaciones. El número
          de gente que habían visto por lo menos una parte del vídeo
          sobrepasaba al número de gente que había leído
          aunque sólo fuera una parte del documento Starr, eso vuelve
          a sugerir que el atractivo de las performances de celebridades está por
          encima de la cuestión legal, el atractivo de esperar antes que
          leer. Clinton, como Reagan, dirigió el vídeo a la audiencia
          en vez de a los abogados, a pesar de que cuando se grababa la cinta, ésta
          iba a ser confidencial, pero esta era sólo una de las tantas
          ficciones legales que operaban en la investigación. Cuando el
          vídeo fue mostrado, los que predijeron aquello, no paraban de
          repetir que habían olvidado la diferencia entre el documento
          y la performance en vídeo.  La
          frase “No recuerdo” fue creída por todos los involucrados
          en los que estaban oyendo, con una expecición, Monica Lewinsky.
          Lewinsky había guardado cuidadosamente algunos documentos, el
          más famoso de ellos, el vestido del encuentro, que mantenía
          el semen de Clinton, pero ella había ido recogiendo otras pruebas.
          Los documentos precipitados del caso Starr, con las grabaciones que
          Linda Trypp le enseñó en enero de 1998, y ampliados con
          los emails que los abogados encontraron en el ordenador de Lewinsky
          en su casa y en el Pentágono, en los que había dado crónicas
          detalladas sobre su affair con Clinton a otras once personas, cuando
          sus encuentros hacían ver que el presidente no se lo había
          dicho a nadie. Las
          mentiras de Lewinsky en este aspecto se consideran comprensibles por
          la diferencia enorme de poder psicológico, emocional, y de diferencia
          de edad entre Clinton y ella misma. Lewinsky parece a la vez no querer
          y esperar que su vida sería observada, grabada, publicada…Ella
          paga por un anuncio en el Washington Post, en el cual ella recuerda “Romeo
          y Julieta” de Shakespeare y anuncia que Clinton, al que llama “guapo” está llegando.
          Guarda todas las letras que le manda al presidente para el director
          de personal de la Casablanca, una crónica completa de sus encuentros,
          además de notas de sus sesiones psicoanalíticas, en las
          cuales ella describe su affair. Una vez Starr y sus ayudantes tienen
          todos estos documentos Mientras
          las reglas legales “No recuerdo” están incluidas
          en las escuchas legales como esas el error de Clinton es remarcable,
          en parte porque su memoria ha sido una de las razones de su éxito
          político.  El
          17 de agosto se le preguntó: -
          Si ¿???? Jordan nos ha dicho que tenías una memoria extraordinaria,
          una de las mejores que ha visto en un político, ¿sería
          eso algo que querría desvirtuar? -
          No, tengo una buena memoria, por lo menos he tenido una buena memoria
          en mi vida. -
          Eso es una noticia interesantísima dada la frase anterior. Eso
          quiere decir, no sólo que la memoria de Clinton no es tan buena
          como era, sino que también sugiere que la pregunta está teniendo
          lugar en algún momento después de su vida. En algún
          lugar donde puede recordar con orgullo los días en los que disfrutaba
          de una buena memoria. Este
          lugar, fuera de la vida, en el cual ha entrado parece estar no lo bastante
          muerto, pero en cierta manera, una especie de teatro, el teatro de
          la presidencia. En este teatro la memoria tiene que ser divinizada,
          para compartir las frases apropiadas en las escenas. La memoria de
          una actriz, como un presidente americano, es devota a las intenciones
          que la presionan en la frase del presente.  El
          caso es poco usual, ya que él, al contrario que Reagan, recuerda
          vivamente como era haber tenido una buena memoria. A veces Clinton
          parece reenviar la presidencia, porque ha reescrito su talento para
          recordar: “He sido bendito en mi vida con una buena memoria,
          me ha chocado que mi familia y amigos me digan cuantas cosas he olvidado
          en los últimos 6 años. Creo que ha sido por la presión
          de los hechos en la vida de un presidente. Mi memoria no es lo que
          era cuando vine aquí porque mi vida está demasiado llena.”Siguiendo con el testimonio, la respuesta que da cuando se le pregunta que
  cuantas veces ha estado sólo con Monica Lewinsky: “Lo recuerdo,
  te diré lo que recuerdo: Recuerdo cuando nos encontramos y tuvimos nuestra
  primera conversación en diciembre.” Y un poco después: “Recuerdo
  haberla visto sola en un par de ocasiones, cuando trabajaba en la oficina.
  Recuerdo específicamente dos veces, pero no recuerdo cuando fueron,
  pero recuerdo dos veces, cuando, un domingo por la tarde, estábamos
  solos. Y estoy francamente seguro de que hubieron un par de veces más.
  Eso es lo que puedo recordar, pero no recuerdo cuando fueron o a que hora del
  día o cualquier otra cosa. Tengo un recuerdo general, alguien sin memoria
  diría “Seguro que la vi más de dos veces entre enero y
  abril de 1996, cuando trabajaba allí.””.
 Clinton
          tiene un recuerdo genérico que le habla, él no recuerda
          nada específico, pero sí tiene dos recuerdos específicos.
          El acto de recordar va seguido del acto de olvidar. Esta es quizás
          la destilación de la fuerza de la trama sexual. Sus
          encuentros con Lewinsky podrían haber sido o no dramáticos
          para Clinton cuando ocurrieron, pero seguro que lo fueron una vez la
          historia salió a la luz. La revelación del secreto sexual
          precipitó la trama, la trama que es lo bastante chocante para
          bloquear la memoria de Clinton.  De
          todas formas el olvido de Clinton se convierte en una grabación
          escrita y el mundo entero tiene el documento visual y legal. El texto
          en el que repite decidido “información substancial e increíble” de
          perjurio y obstrucción a la justicia.  Lo
          que es intelectual, filosófica, y éticamente un logro
          en el caso Star es la pregunta que se crea sobre la naturaleza y definición
          de sexo, con el consecuente en lo que Clinton insiste en llamar el
          legalmente preciso . Insistiendo en este término Clinton fuerza
          la idea de que cuando el acto sexual ocurre lo hace fuera del entorno
          de la verdad empírica: “Los hechos eran complicados sobre
          lo que pasó y como pasó, pero no por eso soy responsable
          de ello.”  Lewinsky
          y Cliton estuvieron envueltos en lo que Star llamó “relaciones
          sexuales” y lo que Cliton llamó “relaciones inapropiadas”,
          en las cuales la diferencia se encuentra en el significado de la palabra
          sexo, que Clinton relaciona con el significado de la palabra “es”. Clinton
          testificó: “La mayoría de la gente cree que las
          relaciones sexuales requieren haber tenido falta de decoro sexual” y él
          alegó la definición dada por George Season Reperight
          en el “Sexual Her Askmen Case”, el cual significa que si él
          es sólo el recipiente de todo el sexo entonces él no
          está comprometido en la actividad sexual.  De
          todas formas, bajo el lenguaje de Clinton está la fascinación
          de la verdad sobre su relación para su propia gratificación.
          En una de las partes más curiosas del testimonio de Clinton él
          hace hincapié en la frase “la correcta definición
          de sexo” con la “intención de gratificar”.
          Clinton repite la frase siete veces en tres líneas. Él
          dice que hiciera lo que hiciera con Lewinsky él no hizo ningún
          esfuerzo de su parte para darle placer a ella.  A
          pesar de miles de páginas de documentos legales su placer sexual
          (de ella) es de manera profana resistente a la documentación,
          y sólo aparece parcialmente. Parece de poca importancia para
          Clinton y para la misma Lewinsky. Su placer sexual (de él) aparece
          mucho más en 8 de los 10 encuentros escritos en los que él
          no tuvo un orgasmo. Pero los abogados de la parte independiente habían
          hablado con Lewinsky y todos ellos necesitaban desesperadamente que
          Clinton se corriera, con este acto tanto Lewinsky como los abogados
          habrían llegado a lo que Lewinsky llamó muy apropiadamente
          un cumplimiento de la “misión”. Pero los actos sexuales
          que los dos hicieron e interpretaron, en este sentido, todo el mundo
          que se compromete en el sexo se convierte en un observador participante.
          El acto de observación e interpretación lo toma Star
          y sus colaboradores en el caso, pero el psicoanálisis nos recuerda
          que el acto sexual comparte esta parte con el drama, contiene una parte
          irreducible de latencia, y sólo una vez el acto está completo
          puede ser interpretado. Así pues, dos personas que participaron
          en el mismo evento sexual tienen, como casi siempre suele pasar, dos
          interpretaciones muy diferentes y entendimientos de este acto.  El
          mismo Clinton alude a esto mismo cuando compara su testimonio con las
          escuchas de su ayudante Thomas: “Lo que aprendí de eso,
          te puedo decir que era un ciudadano escuchando, y lo que oí que
          los dos testificaban, lo que creí después de que lo hicieran
          es que los dos pensaban que estaban diciendo la verdad. Este es el
          trato con la que es la parte más misteriosa de la vida humana.” Lo
          que Clinton escuchó parece que llamaba a una interpretación
          psicoanalítica de su propia parte misteriosa de la vida humana.
          Yo estaré feliz de responder a esa llamada en un minuto, pero
          antes me quiero entretener un poco más en la naturaleza del
          deseo de la documentación e interpretar el acto sexual, que
          es la fuerza que conduce el caso Star. Lo que nos hace llegar a una
          importante pregunta epistemológica: Si los dos participantes
          pensaban que lo que estaban haciendo era seguro lo que los dos vieron
          como “sexo real”, ¿puede cualquier otra persona
          decir que lo que hicieron era real? Lewinsky
          de repente parece ver sus encuentros como sexuales, pero no pasó a
          tener una relación más intima con él en vista
          de lo que hicieron como “parcial”, o sea, incompleto. Ella
          quería que eyaculara y quería tener un coito con él.
          Parece que quisiera ser, como se puso, la segunda señora Clinton.
          Ella lo presiona para que él le permita completar el acto o
          sexo. En el decimoprimer mes entre lo que el caso llama la “ruptura” y
          sus dos encuentros finales, Cliton parece haber cambiado su actitud
          hacia ella. Donde los dos pensaron que la eyaculación era el
          símbolo de confianza, Lewinsky reporta que el 28 de febrero
          de 1997 ella: “continué practicando el sexo oral y entonces él
          me empujó, de la forma en la que siempre lo hacía antes
          de eyacular (este testimonio es increible, ya que según reportes él
          nunca había eyaculado antes), y me levante y dije: <<Me
          importas mucho, no entiendo porque no quieres dejar que te haga eyacular,
          es importante para mí, me refiero a que no siento que esté completo,
          no siento que esté bien hecho>>”.  Según
          Lewinsky entonces se miraron a los ojos mutuamente y Clinton dijo: “No
          quiero decepcionarte”. El referente que adopta el lenguaje de
          Lewinsky y concluye el parágrafo triunfalmente: “Por primera
          vez ella dirigió el sexo hacia el cumplimiento.” Y el
          comienzo de una nueva sección: “En los anteriores encuentros
          que recuenta ella sólo menciona que él le tocó los
          genitales dos veces.” Así que el documento no pierde el
          tiempo diciendo si ella tuyo o no un orgasmo.  La
          eyaculación se convierte en el documento definitivo, porque
          es un compuesto del DNA, la supuesta firma final del cuerpo. Cuando
          Jacques Lacan sugirió que el lo simbólico se organiza
          alrededor del significante fálico él no podía
          haber anticipado que su mejor prueba estaría en el documento
          de Kenneth Star.  Aparentemente,
          la primera vez que Clinton eyacula con Lewinsky ella lleva su famoso
          vestido. Ella testifica que él eyaculó una segunda vez
          el 29 de marzo, que fue su último encuentro. Él niega
          que ese segundo encuentro ocurriera alguna vez.  El
          testimonio de Clinton ha sido criticado en vez de celebrado por la
          textualidad del lenguaje. En los Estados Unidos el pragmatismo tradicional
          es tan fuerte que el concepto de hablar lenguas tiene un atractivo
          instintivamente popular. Pero yo misma siento una especie de regocijo
          cuando escucho a Clinton articular una de las paradojas más
          profundas de la lengua: “Depende del significado de la palabra ‘es’”.
          Uno debería desear que una discusión internacional de
          ser una antología debería ser alargada bajo felices circumstancias,
          la verdad es que está bien tener tales especulaciones aireadas
          en cualquier sitio, incluso si es sólo en la prensa y en la
          CNN.  Una
          de las preguntas que se sacó a la luz a través del recurso
          es “¿Quiénes son estas personas y a que juego están
          jugando?”, “¿Quién es Linda Tripp?”, “¿Es
          el caso la sentencia de muerte para el acto de concilio de la independencia?”.
          Todo depende de lo que consideres que la definición de “es” es. La
          reconstrucción de Clinton de la frase “Sólo con…”  En
          partes lo más interesante recuerda a los 70, cuando los grupos
          de feministas crecían, que expusieron la abstracción
          del patriotismo contando la historia de dos mujeres juntas en un bar. Cliton,
          como estas feministas, insiste en que: “Depende de cómo
          definas ‘solo’”. El ejemplo que normalmente se usaba
          en los grupos feministas era “Dos mujeres, sentadas juntas en
          un bar hablando, se les acerca un hombre que pregunta: ‘¿Estáis
          solas?’”. Para las feministas la absurdidad de la pregunta
          y las creencias usuales del valor del los hombres y las mujeres fue
          una excelente ilustración de la creencia de que sin un hombre
          alrededor las mujeres estaban necesariamente solas. Clinton,
          que fue de todas maneras fue llamado “el hombre más poderoso
          del mundo”, es capaz, casi increiblemente, de placar un poco
          esa asociación cuando él reconstruye “sólo
          con” diciendo que como presidente: “En cierto modo, yo
          nunca estoy sólo.” En este aspecto del testimonio la fuerza
          del deseo político de parte de los abogados está a punto
          de sentirse. Lo que los abogados de la parte acusada llaman: “La
          primera vez que Lewinsky disfrutó con el presidente”,
          es en parte una lógica natural, una inscripción del poder
          en el que se vió envuelta estando sola con el presidente de
          los Estados Unidos. Para todo el mundo excepto para el presidente.  La
          parte negativa de Cliton estando sólo con él mismo es
          el hecho de que lo catalogan por los viajes de la primera dama. Lo
          que aparece en el caso es que sólo cuando ella va a coger un
          avión y a dejar a Bill sólo con él mismo es cuando él
          llama a Monica.  En
          otras palabras, es importante el darse cuenta que en términos
          de la lógica preceden las instrucciones del recurso, uno de
          los objetivos más deseados de la gente políticamente
          ambiciosa, que viven trabajando en Washington DC, es estar “sólo
          con el presidente”. Parte del ultraje y sentido de la vergüenza
          que infecta una parte del recurso se basa en la injuria que los abogados
          sienten porque una mujer joven, no particularmente lista y poco estable
          psicológicamente, fue capaz de estar tan a menudo “sola
          con el hombre más poderoso del mundo”. Pero su deseo debería
          ser olvidado en el documento de acto de la performance de Clinton.  Adicionalmente,
          el recurso de Starr asume que los encuentros sexuales son, en cierto
          sentido, empíricos. Y pueden ser asegurados por cosas como cartas
          o el DNA. De todas formas y curiosamente, esta creencia a menudo se
          resbala hacia otra presunción contraria, que es que los encuentros
          sexuales siempre producen fantasías, y que esas fantasías
          pueden intentar buscar pruebas legales y evidencias. Las pruebas de
          Starr incluyen las cartas que Lewinsky escribió y que nunca
          fueron enviadas al presidente y reporta detalles de sus sesiones de
          psicoterapia en las cuales la idea era hablar sobre tus fantasías
          y en los que declara que quizás podría conventirse en
          la segunda señora de Clinton. Esa documentación parece
          sugerir que Starr espera probar que los encuentros fueron reales porque
          producían fantasías. Una
          de las cosas más locas que el recurso de Starr es la locura
          alrededor de la naturaleza del acto sexual real y la documentación
          de lo fantasmático. Es esta cuestión la que me interesó más,
          como estudiosa de la performance. Para el acto sexual, como para las
          performances en general, se tiene que estar continuamente rehaciendo
          el mundo material y el psíquico para conseguir mantener su fuerza.
          Cuando dije que hay una tendencia a subestimar la doble naturaleza
          del rol que los actos sexuales inspiran, cuando discuto la noción
          del participante en la inspección. La fijacción de los
          hombres está casi siempre en la parte participante del rol sexual.
          De todas formas, el rol de observador es quizás más importante
          psíquicamente, ya que es el observador el que interpreta y da
          significado, define, la naturaleza del mismo acto: sexo casual, sexo
          seguro, sexo íntimo, etc. no dependen a ningún acto físico,
          sino que son definidos por los significados que los observadores participantes
          le dan. Estos significados son ellos mismos dados sólo por una
          interpretación repetida de las realidades sociales y políticas. El
          doble mensaje de nuestros roles como observadores participantes hacen
          de los que los actos sexuales sean siempre eventos sociales, a pesar
          de que pertenecen a la intimidad que a veces sirve para motivar estos
          actos. Hacemos a la vez un “arte de hecho” a estos actos
          que son simultáneamente empíricos y fantasmáticos,
          lo que es para decir que los actos sexuales son performances, y cuando
          uno intenta documentarlos en un texto legal repite el extraño
          drama de recoger lo fantasmático, un drama que la estructura
          intenta olvidar.  Parte
          II Estoy
          interesada en estas ideas de recuerdo y olvido porque creo que deberían
          eliminar pregunta general en la naturaleza de las relaciones entre
          el deseo y el documento. Con el deseo de hacer este caso uno que muestre
          un breve ensayo sobre la extraña historia de la documentación. (inaudible) Por
          ese tiempo él vivía con sida, y su doble poesía
          sobre dos americanos blancos y homosexuales, que habían muerto
          los dos a causa de la enfermedad hicieron que le pusiera mucha más
          pasión a la performance y que esta se convirtiera en uno de
          los eventos más importantes de principio de los noventa. Roy
          Conn fue un abogado poderoso que trabajó muy cerca de George
          Mcarthy y era un homosexual clásico, que lideró la oposición
          a los derechos de los gays de Nueva York durante 15 años, murió de
          sida en 1986. Mientras se debilitaba a causa de la enfermedad y estaba
          cerca de la muerte él insistía en que tenía cáncer. Por
          otra parte Jack Smith fue un director de películas y artista
          de performances que vivía en una villa abiertamente gay. Su
          película “Flamming Chritches” es considerada un
          ejemplo para el desarrollo del cine vanguardista. Murió de sida
          en 1989. (Se
          pasa un vídeo) En
          este clip que acabais de ver Roy Cohn se dirige a un grupo llamado “La
          sociedad americana para la preservación de la familia” y
          lo que quiero que tengáis en mente, básicamente, es que
          esto es un discurso después de cenar. En unos minutos entenderéis
          porque quiero que tengáis esto en mente.  Las
          performances en directo de 1992 eran sorprendentes principalmente por
          el registro que tenían los performers. Lo que llama la atención
          de lo que dice Roy Cohn es que fue un shock volver a la breve intromisión
          y a la baja, lacónica e hipnotizante lógica de Jack Smith.
          En un minuto os enseñaré el contraste.  En
          esta breve introducción a las performances en vivo Vawter hubiera
          dicho a la audiencia que su performance no estaba documentada ni impersonalizada.
          La performance fue grabada por la “Performing Acts Collection” de
          la Biblioteca Pública de Nueva York el 3 de junio de 1992. Esa
          noche él dijo: “Esto no es un documento, sino que es una
          reacción subjetiva en respuesta a las vidas de dos homosexuales
          muy diferentes, dejamos dos cosas para comentar: un virus y una sociedad
          que les obligó a reprimir su sexualidad.”  La
          performance de Roy Conn está basada en el discurso que dio a “La
          sociedad americana para la preservación de la familia”.
          El discurso de la cena no ha sobrevivido, pero el escritor Gary Indiana
          creó la lectura que Conn debería haber dado. La performance
          de Vawter es una reconstrucción de una performance, que sólo
          sobrevivió grabada en el evento donde se hizo. Toda reconstrucción,
          de todas formas, esconde un deseo original. Vawter rechaza su deseo
          como actor preservando cada una de sus performances en vivo diciendo
          que no está basada en documentación. Pero él satisface
          este deseo original publicando una nueva visión de su vida como
          un juego en América. Aquí es donde Vawter muestra, como
          testimonio, la importancia que Roy Cohn para él, como una fuente
          de información autobiográfica: “Cuando era niño
          en los 50, la primera imagen que tengo en la cabeza de la nueva televisión
          de mi familia es un joven Roy Cohn, susurrándole al oído
          a George Mcarthy. Hay algo de él que reconocí, aún
          en aquellos tiempos. No sabía que era maricón, pero reconocí algo
          en Cohn que era como yo. La sexualidad que estaba reprimida y disfrazada,
          que era lo mismo por lo que estaba pasando yo mismo. Tuve posturas
          homosexuales desde los 4 años, pero me dijeron que no debía
          comportarme de esa forma, así que cuando vi a Roy Cohn inició obsesión
          en mí, y, consecuentemente seguí su carrera toda mi vida.” La
          imagen de Roy Cohn es lo primero que recuerda de la televisión,
          seguro que hay una fantasía de reciprocidad en el corazón
          de esa obsesión secreta. por esa imagen inicial de Cohn es de él
          susurrandole al oído de otro hombre, un hombre poderoso, John
          Mcarthy. El secreto que Cohn estaba susurrando es interpretado psíquicamente
          por Vawter por ser el secreto de su propia homosexualidad emergente.
          Así que cuando Vawter aprende que Cohn era secretamente homosexual
          también, la imagen original es reconstruida como una obsesión,
          como un documento original y Cohn se convierte en una figura que Vawter
          sigue toda su vida. Al
          final de su vida, sabiendo que iba a morir, Vawter tiende no sólo
          a animar era primera imagen original de un actor en televisión
          usándolo en su última performance solo de su vida, sino
          también para exponer la traición que esos secretos promulgan.  Podría
          hacer comentarios similares sobre la naturaleza del interés
          de Vawters en Jack Smith, pero por consideraciones de tiempo concluiré con
          la breve discusión sobre la recepción, la recepción
          crítica, de la documentación de la performance de Vawters,
          captada en la película de Jill Godmilow de 1994 Roy Cohn/Jack
          Smith. (Se
          pasa un vídeo) La
          importancia es que cuando se llega a la parte de Jack Smith en la performance
          estás en un mundo completamente diferente, no sólo de
          Roy Cohn, sino también del mundo de la performance en los noventa. Cuando
          la película de Godmilow fue estrenada en 1994 fue acogida con
          una intensa hostilidad. Actuando como efectos sintomáticos de “querer
          recordar” y “olvidar”, que son activados en el mundo
          psicoanalítico de la mañana, la crítica de Toldban
          lo ataja a un lenguaje de morbosidad y pérdida. Para aquel que
          vea “Elogy Guard” se querrá olvidar desesperadamente
          que el artista está muerto, a pesar de alienarse recordándolo
          viendo la película y escribiendo sobre él, pero tenemos
          muy poca fe en nuestra fidelidad en los recuerdos y olvidamos nuestras
          promesas casi tan pronto como las hacemos. El
          film de Godmilow lleva al enfado, no sólo porque es ordinario,
          sino porque se olvida de algo fundamental, que está ahora, en
          palabras de Toldban, perdido para siempre. Verdaderamente, a pesar
          del tono apocalítico del documento de Toldban, la película
          de Godmilow es horrible, en parte porque está llena de todo
          lo que uno teme: ausencia, pérdida y muerte. De todas formas,
          la paradoja se multiplica, porque para Toldban la cosa esencial que
          hizo a Vawter “un actor incomparable” fue “su habilidad
          de hacerse a sí mismo invisible”. Ella parece que desea
          una película que capte la invisibilidad de Vawter, pero, ¿cómo
          tendría que ser esa película? ¿Que es entonces
          lo que el film de Godmillow muestra en la performance del hombre muriendo
          que es tan desagradable? Cuando
          Toldban dice que el trabajo de Vawters como actor es su habilidad de
          hacerse a sí mismo invisible ella toca inconscientemente una
          gran fotografía que también hace. Como Roland Bart puesto
          en “Cambra Lucida”: “Las fotografías son signos
          que no toman, sea lo que sea que conceda la visión, y cualquiera
          que sea su forma, una fotografía es siempre invisible. Y no
          es lo que vemos.” Miramos a través de la fotografía
          y vemos la imagen, pero miramos a través de la técnica
          de un actor y lo que vemos es impersonación, documentación,
          personaje, etc. Vawter rechaza específicamente estas lecturas.
          Quizás lo que deberíamos ver es nuestro propio deseo
          reflejado en la invisibilidad del actor, el deseo de ser otra persona,
          el deseo de rehacerse a uno mismo, de reconstruir los recuerdos, fantasías
          y actos que nos han hecho quienes somos. Actuar, en esta frase, debe
          ser vista como una forma de vivir, así como el acto sexual pide
          ser continuamente repetido y rehecho porque el acto mismo es simultáneamente
          empírico y fantasmático. Por otra parte, como un trabajo
          de arte, puede ser visto también como la sublimación
          de la droga de la muerte, para alargar la muerte un poco más,
          lejos de destruir añadiendo su trayectoria biológica.  ¿Qué significa
          entonces perder para siempre el trabajo de un actor incomparable en
          la grabación filmada de su performance? Godmilow se propuso
          filmar la performance de un hombre muriendo y no hay que olvidar que
          el hecho de olvidar es necesario para el acto de la mañana y
          para el acto de la documentación. Si ellos no olvidaran, no
          habría documentación, sólo serían originales.
          Este olvido era la traducción de la que estaba hablando antes. Las
          performances en vivo de Vawter consisten en dos monólogos de
          4 minutos: el primero es un discurso escrito sólo después
          de la muerte de Cohn por otro escritor. La
          segunda parte de la performance de Jack Smith, que no hemos visto todavía,
          está basada en una performance que existe en una cinta de audio,
          que se llama “Wets underground about Marsh Mellows”, los
          dos textos pueden ser vistos como procesos de reconstrucción
          que tienen que morir. En el film de Godmillow, que fue completado más
          o menos cinco semanas después de la muerte de Vawter, extiende
          este proceso de reconstrucción. Vawter une explicitamente el
          esfuerzo para leer sus performances, documentales o impersonales. Muchas
          parece que hayan sentido que la película de Godmillow debería
          haber documentado la performance de la vida de Vawter. De todas formas
          Godmillow eligió borrar cualquier lazo entre los dos monólogos
          e insertar la película en blanco y negro del ensayo de Vawter
          para la performance. Estos cortes son normalmente vistos como lo más
          justo de la película de Godmillow. Pero
          durante el momento en la performance en directo en el cual ocurre el
          descanso Godmillow inserta un texto interno anunciando que la película
          fue rodada durante la penúltima actuación de Vawter y
          que él ahora está muerto. Esta intrusión negativa
          se hace imposible de creer cuando uno está observando al incomparable
          actor de teatro trabajando durante los últimos 40 minutos restantes
          de la película. La característica definitoria del actor
          de teatro es que él y su arte están vivos. Anunciando
          la muerte de Vawter a la mitad de la película Godmillow insiste
          en que Vawter es ahora un actor de cine, con ambas ventajas de hacerlo
          en vivo que pueden acortarse y reeditar pretenciosa e infinitamente
          y la desventaja de no poder tocar el propio cuerpo viviente de Vawter
          de nuevo. Vawter
          sabía perfectamente que se estaba muriendo y remarcó esa
          muerte dedicando su última actuación a dos grandes actores,
          Roy Cohn y Jack Smith. Mientras desvela la primera imagen de Cohn desvela
          la de Smith como una imagen final. Esparce las cenizas de Smith en
          su propio jarrón de maquillaje y usa una cinta grabada con la
          voz de Smith para mantener su espacio en la actuación. Este
          documento empírico real del cuerpo mortal de Smith, sus cenizas,
          se une a la animación mecánica de su voz en la cinta.
          Estos dos gestos incluyen una grabación en la película
          de Godmillow, de cierta forma para hacer palpable la perdida del propio
          cuerpo de Vawter en cenizas, y la supervivencia en traducción
          de su trabajo a través de significados mecánicos, incluyendo
          el film de Godmillow. (Se
          pasa un vídeo) El
          corazón de la actuación de Vawter en Roy Cohn/Jack Smith
          es una búsqueda para ambos el teatro político, que mantiene
          la sexualidad como centro, y un análisis de esta transformación
          histórica e ideológica, que definen la política
          americana y la sociedad de la actuación. Ni Roy Cohn ni tampoco
          Jack Smith son héroes para Vawter. Cuando fue entrevistado por
          Richard Checkner los llamó a los dos prostituidos. Pero lo que
          está claro en la película de Godmillow de la performance
          es que Vawter está eliminando el triunfo de la versión
          de Cohn del teatro político y llorando la pérdida de
          Smith. Jack Smith y todo lo que él representa parece morir.
          Pero gracias a la muerte de Vawter, que ha sido anunciada durante la
          película, la audiencia de la película (no la de la actuación
          en directo) sabe que la danza de Vawter es sobre todas las cosas una
          danza sobre su propia muerte. Si tenemos que llorar la muerte de Vawter,
          también debemos llorar la doble vida de ambos Jack Smith y Roy
          Cohn, por crear el exitoso teatro político en el cual la habilidad
          animada y desconocida del sexo debería mantenerse vivo. Esas
          posibilidades existieron y deberían seguir existiendo en lo
          que somos, a pesar del peligro de olvidarse de ello.  Ronald
          Reagan, que se convirtió en el dominante de la historia del
          virus del SIDA en los Estados Unidos, fue un presidente que en el segundo
          año y en segundo término hubiera preferido el olvido
          del público. “No recuerdo”, la frase de Reagan intentando
          hacer contra al escándalo fue contradecida primariamente porque
          su deterioro físico en ese momento era obvio, dotándolo
          de simpatía. Clinton
          repitió “No recuero”, es su firma en el recurso
          Starr, y parece que fue tolerada esta vez porque la audiencia prefiere
          olvidar, olvidarse de todo eso.  Dentro
          de la sexualidad existen en un sentido de pérdida y lloro, y
          es aquí donde están intactos, en el sexo.  Lo
          que Ron Vawter/Jack Smith nos recuerda es que después de lo
          que hemos hecho tendremos que mirar mucho para encontrar el objeto
          de adoración. Las oportunidades están, este objeto será un
          actor consumado. 
   |