artistas
Guillermo Pérez Raventós

Interiores Exteriores
 
volver
 

MANIFIESTO DE UNAS POCAS CERTEZAS

  

Este texto debe leerse como el manifiesto de unas pocas certezas que pueda yo tener y que están para ser remendadas, como tantas otras en el transcurso que significa vivir.

 

En el ‘69 el hombre pisaba la luna, y yo tenía tres años. Eso era el presente en ese tiempo. El futuro era una construcción febril de promesas modernistas -no voy a abundar en lo que todos sabemos-: los paradigmas modernos se esfumaron. Pero ¿qué ha pasado en este futuro? Ya no vivimos el presente, sino que vivimos en el futuro, y quizás ,aventurándome un poco más, ni en el presente ni en el futuro.

 

Ahora bien, si se nos despoja del derecho a la construcción de nuestro futuro, se nos quita el derecho a la existencia misma, pues es incomprensible la idea de vivir como idiotas útiles a una construcción en donde nadie tiene nada que hacer conscientemente, y ,si no lo fuéramos, consistentemente al borrarse la idea de futuro o, peor, la de construcción social, colectiva.

 

Por otra parte, la sustitución, en esta sociedad fundamentalista, o ,mejor dicho, el enroque de creencias y adoraciones místicas, confirman que atravesamos tiempos oscuros y medievales. La muerte de Dios, como tantos otros paradigmas modernos, ha quedado sepultado, pero otra vez se ha concretado un nuevo   emplazamiento religioso.

 

Vivimos todos una resistencia a lo que no es natural, ya que está impuesta desde el orden. Vale decir sin construcciones colectivas. El montaje del escenario escapa a las dimensiones humanas. DADA. La realidad en tanto condición síquica es incoherente a estándares del hombre común,  lo excede. Nunca sufrimos mayor esclavitud que ahora.

 

Porque hemos de pensar que el arte y el pensamiento en líneas generales escapan a las condiciones que imperan en todos los órdenes. La industria de la cultura tiene que llenar los agujeros que produce la adopción de la nueva religión, pero, como toda industria que genera bienes de consumo, debe reemplazar y generar nuevas necesidades a diario. ¿Es que pareciera que vivimos en un tiempo del reemplazo, que nada deja, pues se saca de cuajo para reemplazar por ciertas certidumbres nuevamente escritas desde el orden? 

 

Lo que algunos veían hace algunos años como una oportunidad única, la utopía de que Internet podía convertirse en una red abierta y democrática, ya está demostrando que puede ser absorbida para acelerar el proceso de consumo y la acumulación de la información en el mismo orden que se produce con cualquier otro medio de comunicación. Tal vez potenciado a niveles que comenzamos a conocer. Es decir, se impone nuevamente un mecanismo de control.

 

Es triste comprobar que, como en el medievo, Dios está ahora en todas partes. Si no entendemos que sí se considera todo como negociable, no comprenderemos la magnitud religiosa que impera, ni el poder corruptor en nuestra calidad de vida.

 

Sin embargo, estos procesos van dejando baldíos aprovechables que junto a la construcción de redes de cooperación, van configurando un mapa de resistencia.

 

[…] “Si hemos sobrevivido a los efectos del *mito del creador*, entendido como genio único e irrepetible, es quizá por la aparición de los tejidos en red, que vienen generando entornos colaborativos de co-rrespondencia global, desde la diversidad cultural, social, política y económica.” […]

 

  […] “A partir de las propuestas que nacieron con el dadaísmo, se desarrollaron con el grupo fluxus y se expandieron con el mailart (artecorreo en Argentina), se abrieron bocas de salida insospechadas y se quebraron los marcos propuestos por galerías y museos de *arte oficial*” […] [1]

 

  Nuevos aportes vendrán con la poesía concreta, las intervenciones  urbanas,  la performance, y el net-art.

Entonces, reconocer e investigar los antecedentes, las fronteras y en muchos casos establecer puentes en la historia, ya que existen períodos de fuertes silenciamientos, se hace imprescindible para reconocernos nuevamente en el arte. Pues de ahí nacen los signos visibles de que existe, no un arte grandilocuente del espectáculo, si no una construcción colectiva de nuevos significados para el hombre.

 

Creo que:

 

1.                      El espacio o baldío, cuando aparece, puede ser aprovechado, pero en la medida en que se hace visible, es silenciado y prontamente llenado por el orden. Es decir, la acción es temporal y escasa. Algunas veces mimética, y pronto debe moverse a otro espacio.

 

2.                      Se presenta, entonces, esporádicamente, responde a una mecánica de acumulación de energías que se desbordan cuando se produce el resquicio.

 

3.                      Debe dejar una experiencia que pueda capitalizarse socialmente para futuras creaciones. Es decir, debe comunicarse e interactuarse en un trabajo de redes alternativas.

 

Interiores

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Exteriores