En Historias de Cronopios y de
            Famas, el escritor argentino Julio Cortázar
          advierte de que "existe un pueblo en Escocia donde venden libros con
          una página en blanco perdida en algún lugar del volumen;
          si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde,
          muere". Esto debió de pasarle a Richard Hamilton el pasado
          13 de septiembre; sabía que el lugar de los espacios en blanco en
          la materialidad de lo escrito era lo más importante porque, en efecto,
          los "blancos" asumen tanta importancia como las letras; golpean
          de entrada, introducen el tiempo y el movimiento en el texto, son la causa
          del decir, el referente único y último del poema. Así lo
          hizo constar Mallarmé en su obra más conocida, Un coup de
          dés..., libro que Hamilton tenía siempre en su mesilla de
          noche y que debió de ojear pocos segundos antes de colarse definitivamente
          dentro de las ruinas vacías del poema final. La elocutiva desaparición
          del artista inglés fue la misma que la del poeta, que cede la
          iniciativa a la obra.
          Cortázar, Hamilton, Mallarmé. El cuarto nombre que sigue
          en este encuentro contingente con la historia y el azar es Marine Hugonnier.
          Para la artista francesa -nacida en París los días de la
          revuelta estudiantil del 68- toda imagen es un texto, un poema que es capaz
          de hacer simultáneo lo sucesivo, un pensamiento formalizado en una
          tirada de dados que puede empezar a leerse por cualquiera de sus cabos
          sueltos. En 2006 creó una serie de intervenciones y performances
          titulados The Bedside Book Project, basados en el hecho histórico
          de que autores como Odilon Redon, Kurt Schwitters y Richard Hamilton dormían
          cada noche con el libro de Mallarmé sobre la mesilla.
          Hugonnier pone al día el gesto de Marcel Broodthaers -oscurecer
          e interrumpir la fluidez del poema- al combinar dentro del marco de las
          portadas de periódicos -en las series Les Actualités (2008),
          Art for Modern Architecture (2004-2009)- composiciones monocromas que corresponden
          a la estructura interna de una fotografía periodística. Los
          colores salen de la paleta del libro de Ellsworth Kelly Line Form Color
          (1951) y forman abstracciones que obstruyen la imagen, como una advertencia
          a los incautos visitantes de la muestra de que si intentan leer lo que
          tienen enfrente caerán en un agujero negro. O blanco. Es la muerte
          del lector y la resurrección de éste como autor. O como
          jugador (de dados).
          Acontecimientos como el Mayo del 68, la revolución iraní y,
          en esta ocasión para la galería Nogueras & Blanchard,
          los últimos cincuenta años de historia de España a
          partir de diferentes portadas de periódicos, surgen en las obras
          de Hugonnier como collages, cuya medida poética son papeles serigrafiados
          con los colores de la carta de la firma Kodak para la impresión
          fotomecánica: cian, magenta, violeta, rojo, negro, amarillo y verde.
          Cada día de la exposición se mostrarán diferentes
          portadas con estas "cubiertas" que suspenden la realidad de los
          acontecimientos históricos, a pesar de su bella disposición
          en un ritmo total. El resultado serán 45 días de poema callado;
          a través de éste, la artista investiga la realidad de la
          memoria del espectador, o mejor, la realidad invertida de esa memoria. ¿La
        Historia? Lacan en estado puro.