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Marine Hugonnier

Por Ángela Molina
Extraído de El País. Babelia- 24-09-2011




En Historias de Cronopios y de Famas, el escritor argentino Julio Cortázar advierte de que "existe un pueblo en Escocia donde venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen; si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere". Esto debió de pasarle a Richard Hamilton el pasado 13 de septiembre; sabía que el lugar de los espacios en blanco en la materialidad de lo escrito era lo más importante porque, en efecto, los "blancos" asumen tanta importancia como las letras; golpean de entrada, introducen el tiempo y el movimiento en el texto, son la causa del decir, el referente único y último del poema. Así lo hizo constar Mallarmé en su obra más conocida, Un coup de dés..., libro que Hamilton tenía siempre en su mesilla de noche y que debió de ojear pocos segundos antes de colarse definitivamente dentro de las ruinas vacías del poema final. La elocutiva desaparición del artista inglés fue la misma que la del poeta, que cede la iniciativa a la obra.
Cortázar, Hamilton, Mallarmé. El cuarto nombre que sigue en este encuentro contingente con la historia y el azar es Marine Hugonnier. Para la artista francesa -nacida en París los días de la revuelta estudiantil del 68- toda imagen es un texto, un poema que es capaz de hacer simultáneo lo sucesivo, un pensamiento formalizado en una tirada de dados que puede empezar a leerse por cualquiera de sus cabos sueltos. En 2006 creó una serie de intervenciones y performances titulados The Bedside Book Project, basados en el hecho histórico de que autores como Odilon Redon, Kurt Schwitters y Richard Hamilton dormían cada noche con el libro de Mallarmé sobre la mesilla.
Hugonnier pone al día el gesto de Marcel Broodthaers -oscurecer e interrumpir la fluidez del poema- al combinar dentro del marco de las portadas de periódicos -en las series Les Actualités (2008), Art for Modern Architecture (2004-2009)- composiciones monocromas que corresponden a la estructura interna de una fotografía periodística. Los colores salen de la paleta del libro de Ellsworth Kelly Line Form Color (1951) y forman abstracciones que obstruyen la imagen, como una advertencia a los incautos visitantes de la muestra de que si intentan leer lo que tienen enfrente caerán en un agujero negro. O blanco. Es la muerte del lector y la resurrección de éste como autor. O como jugador (de dados).
Acontecimientos como el Mayo del 68, la revolución iraní y, en esta ocasión para la galería Nogueras & Blanchard, los últimos cincuenta años de historia de España a partir de diferentes portadas de periódicos, surgen en las obras de Hugonnier como collages, cuya medida poética son papeles serigrafiados con los colores de la carta de la firma Kodak para la impresión fotomecánica: cian, magenta, violeta, rojo, negro, amarillo y verde. Cada día de la exposición se mostrarán diferentes portadas con estas "cubiertas" que suspenden la realidad de los acontecimientos históricos, a pesar de su bella disposición en un ritmo total. El resultado serán 45 días de poema callado; a través de éste, la artista investiga la realidad de la memoria del espectador, o mejor, la realidad invertida de esa memoria. ¿La Historia? Lacan en estado puro.

La Virreina
Centre de la Imatge 2010
     
’Modernologies’
MACBA, Barcelona, 2009
     
Bienal de Venecia Installation views, 2007