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 Director Michel Sauval
 Año de creación: 1995
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 | Editorial
    del nº 8 de Acheronta, por Michel Sauval
 "Estimados colegas:
 Con este número
    8 de Acheronta, cumplimos tres años y medio de
  presencia en el campo internacional del psicoanálisis. Dejando de lado la falsa
    humildad, podemos decir, que Acheronta se ha transformado en una
    de las revistas más
    importantes y la de mayor difusión en internet,
  en lo que a psicoanálisis y temática psi se refiere. Como ya lo señalaba en ocasión de las conclusiones del balance
  del Programa de Seminarios por Internet de PsicoNet, haciendo mías algunas
  reflexiones de Alfons Cornella, el éxito de Acheronta, a semejanza del éxito
  de otras áreas de PsicoNet, responde a una situación particular
  y concreta: el común denominador de los sitios de Internet que van viento
  en popa consiste en ofrecer algo que no puede obtenerse de otro modo, al menos
  por ahora, que no sea por internet.  ¿Que significa esto?
    Veamos.El ejemplo mas claro es el comercial: no voy a comprar por internet un CD o
    un libro que puedo obtener en la disquería o librería de la
    esquina de mi casa. Si compro un libro por internet es porque es un libro
    que no se editó en mi país, o que no es facil de conseguir,
    o que localmente se vende demasiado caro, etc.
 De un modo similar, tampoco voy a complicarme la existencia con programas
    y computadoras para cuestiones profesionales como, por ejemplo, discutir
    o dialogar
  con la misma gente que veo a diario o regularmente (aunque, aun en ese
  caso, internet pueda ofrecer muchas ventajas, como por ejemplo, la posibilidad,
  en una ciudad grande como Buenos Aires, con un tránsito difícil,
  de trabajar en simultáneo sobre un determinado texto, varios colegas,
  desde diferentes partes de la ciudad).
 Podriamos entonces preguntarnos: ¿qué ofrece
    de diferente Acheronta?Pienso que lo que Acheronta ofrece de nuevo e inencontrable (al menos facilmente)
    en los ámbitos habituales de los profesionales psi es la posibilidad
    de un contacto, intercambio y trabajo, entre colegas de diferentes orientaciones
    y especialidades, de diferentes idiosincracias y de diferentes culturas;
    la posibilidad de intercambiar ideas y discutir desde diferentes perspectivas;
    la posibilidad de desarrollar esa actividad en una ámbito marcado
    por el escrito con lo que ello implica de reducción de efectos imaginarios
    y grupales; y un espacio independiente abierto a la reflexión y la
    crítica.
 ¿Por qué esto tiene
    importancia y concita interés?Hay
    un factor que marca la situación y que, por trillada que esté la
  misma, se resume en la palabra "crisis".
 Esta es la definición que da de esa palabra el diccionario de María
  Moliner:
 (Deriv. del griego «krisis», decisión de «krino»,
  separar; v.: «CRINO-; diacrítico, hipercrisis, hipercrítico».
  Fem.) - («Hacer, Estar en»). Momento en que se produce un cambio muy
  marcado en algo; por ejemplo, en una enfermedad o en la naturaleza o la vida
  de una persona.
 - («Haber»). Situación política de un país
  cuando ha dimitido un gobierno, y todavía no se ha nombrado otro, o
  del gobierno cuando ha dimitido alguno de sus miembros.
 - En lenguaje corriente, cambio total o parcial de un gobierno.
 - («Estar en; Haber [Haber una] c.; Pasar por una c.»; usual, pero
  no figura en el DRAE). «Dificultad». Situación momentáneamente
  mala o *difícil de una persona, una empresa, un asunto, etc.: ‘Crisis
  de crecimiento [nerviosa, económica, de producción de acero]’.
  (inf.). Mala situación económica de alguien: ‘No me hables
  de comprar nada, porque estoy en crisis’.
 - Juicio formado sobre una cosa después de examinarla cuidadosamente.
 Hay, de hecho, una situación de crisis a nivel de la economía
  y la situación política mundial. Hay,
  de hecho, también, una crisis en el psicoanálisis.
    Lo plantean los propios dirigentes de las principales instituciones mundiales,
    y lo atestiguan
  las escisiones y reagrupamientos que se estan produciendo al nivel de esas
  mismas corrientes internacionales. Esta no es una situación nueva. Es algo que se viene gestando desde
  hace tiempo y que, quizás ahora, comienza a presentarse con cierta evidencia.Esto se expresa, especialmente, de la siguiente manera. A diferencia de otras épocas,
  actualmente hay una gran cantidad de psicoanalistas "independientes",
  es decir, sin afiliación institucional, y también muchos otros
  cuya pertenencia institucional es mas formal que militante.
 Esto, a su vez, se asocia a otra cuestión mas fundamental: una cierta
  caída del valor e importancia asignada a la doctrina transmitida por
  cada una de esas instituciones, es decir, una crisis al nivel mismo de la teoría.
 Es esta situación la que encuentra en internet una herramienta apropiada
  para expresar y desarrollar esta relación más laxa de los psicoanalistas
  con las instituciones al posibilitarse una comunicación e incidencia
  colectiva extra institucional.A diferencia de tiempos anteriores donde la "independencia" institucional
  no dejaba de funcionar como un ostracismo profesional, con esta herramienta,
  los "independientes", y todo aquel interesado en intercambios
  más amplios, encuentran un canal alternativo a los clásicos para la
  circulación de trabajos, la discusión, etc.
 Creo que el éxito
    de Acheronta responde a esta necesidad. Esto no significa que todos sus colaboradores se encuentren en la posición "independiente".
  Muy por el contrario, muchos de ellos pertenecen y son miembros activos de
  instituciones, tanto regionales como internacionales. Pero lo que Acheronta ofrece
  es la posibilidad de leer trabajos y opiniones de psicoanalistas de diferentes
  orientaciones, tanto sea de renombre internacional,
  como desconocidos. Es la posibilidad de encontrar materiales de orientación
  lacaniana pero también de orientación freudiana y posfreudiana,
  o de psiquiatría, o de psicología, o de orientación cognitiva,
  etc.
 La masividad de los accesos
    a Acheronta (mas de un centenar de visitas diarias a nuestro sitio) da cuenta
    de este
    interés por leer y conocer otras
  referencias, en otras palabras, de este peso numérico de los "independientes". En
  ese sentido podríamos llegar a decir que el éxito de Acheronta es,
  en sí mismo, un indicador de la crisis en el psicoanálisis. Ahora bien, no creo que
    esta sea una situación ideal para el psicoanálisis.
  La crisis no es siempre algo bueno. Entre
  otras cosas porque, en situaciones como estas, junto al cuestionamiento de
  la "doctrina" transmitida por las instituciones "oficiales" de
  las grandes corrientes del psicoanálisis, se cuela también mucha
  ignorancia.Por ejemplo, cualquiera se siente autorizado a criticar sea a Freud, sea a
  Lacan, o a quien sea. Y el problema es que muchas veces esa "autorización" no
  se fundamenta tanto en un conocimiento serio de la obra de a quien se critica,
  como en esta situación "socializada" de descreimiento y pérdida
  de referencias. En otras palabras, muchos pretenden volver a descubrir la pólvora,
  cuando en realidad, en la mayoría de los casos, no hacen mas que volver
  a quemarse cometiendo los mismos errores que ya cometieron quienes la inventaron
  antes
  que ellos.
 Por ejemplo, se confunde la tarea, inexorable para cada uno, de reinventar
  la clínica, con la idea de reinventar toda la teoría. La clínica
  se va poblando así de nuevas categorías que más que dar cuenta
  de una novedad real dan cuenta de la ignorancia que se tiene de los desarrollos
  conceptuales de los maestros. Se supone que Freud ya no tendría nada
  para enseñarnos, por ejemplo, sobre los "ataques de pánico",
  o sobre las "nuevas formas" de la anorexia, etc. Se supone que en
  un análisis puede hacerse caso omiso del Edipo, o que con la "topología" del "último" Lacan
  podemos saltearnos las cuestiones relativas al deseo y el significante. Esto
  es algo que, en realidad, tiene una vieja escuela: entre los posfreudianos
  es común ver a cada cual redefiniendo los cuadros clínicos y
  reformulando la correspondiente etiología.
 En ese sentido, la crisis
    no es buena. La crisis tiene este costado nefasto que es el que tiende a
    relevarnos
    de nuestras responsabilidades, del trabajo
  inevitable de lectura seria de los clásicos, de los requerimientos de
  la formación, etc. Una de las consecuencias de esto es el resurgimiento
  de propuestas "terapéuticas" de
  pobrísimo fundamento teórico y clínico, mas emparentadas
  con lo religioso o ideológico que con el psicoanálisis. La otra
  consecuencia es la proliferación de nuevos candidatos a "maestro",
  algunos de alcance meramente regional, otros de alcance internacional. En todos
  los casos, el resultado es un "olvido" de los fundamentos
  del psicoanálisis y de la obra y el trabajo de sus maestros. Pero también es cierto que la crisis tiene su costado positivo. Permite
  desacralizar autores, poder pensar mas libremente, incluso autorizarse a pensar.
  Permite hacer preguntas que hasta entonces no se hacían. Permite leer
  a los maestros sin tutelaje y sin prejuicios. Al respecto podríamos decir que si la crisis es realmente tal, es porque
  ciertas preguntas, ciertos problemas, han terminado por abrirse camino cuestionando
  los dogmas vigentes. Y eso es positivo. El punto en cuestión es diferenciar
  el cuestionamiento vacío de los dogmas del trabajo de elaboración
  de esas preguntas y problemas que se están planteando. Como todas las crisis,
    esto no durará una eternidad. Pero tampoco es
  algo que se resolverá así nomás. Es la intención de Acheronta seguir ofreciéndose como lo que
  ha sido hasta ahora: un espacio donde darle un sentido positivo a la crisis,
  un espacio donde abrir reflexiones, preguntas, un espacio donde retomar la
  lectura de los maestros, un espacio donde confrontar posiciones contradictorias,
  orientaciones antagónicas, etc.En otras palabras, como un espacio que refleje el proceso de debate y reflexión
  del conjunto de la comunidad internacional de los psicoanalistas. Un espacio
  abierto y democrático."
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