articulistas
 
      Imagen y acontecimiento  
         
      CLEMENCIA ECHEVERRI 
Profesora 
Departamento de Bellas Artes 
Facultad de Artes 
Universidad Nacional de Colombia 
    Publicado en ARTEFACTO Nº7 
      Publicación de la Facultad de Artes. 
      Universidad Nacional de Colombia.
       
      1999  
      
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    Escribir unas notas
          en el contexto de la exposición "Arte y Violencia" y
  tratar de derivar algunas reflexiones que nos generen inquietudes frente al
  proceso de creación de la obra de arte y su relación con este
  tópico, constituye una tarea un tanto difícil pero de gran interés. 
  Para iniciar debo manifestar que vemos con beneplácito que una exposición
  de esta envergadura histórica y artística se lleve a cabo en
  nuestro país, pero al mismo tiempo me asalta una pregunta frente a la
  forma como el observador accede a las imágenes allí expuestas
  teniendo como referente los acontecimientos políticos e históricos
  que la soportan como origen de su concepción. Ante esta inquietud intentaré referirme
  a algunos problemas como el espacio de la imagen, los procesos de creación
  y la relación experiencia-transmisión. 
   
  En 1862 Ingres había afirmado, luego de la aparición de la fotografía,
  que la pintura había muerto. Hoy, lo que podríamos entender de
  esta idea es que contenía una fuerte intuición frente al exceso
  de imágenes a las que ya estamos sometidos afectando de forma preocupante
  todos los procesos, sistemas y medios de representación. 
  Al finalizar este siglo podemos afirmar que el dominio de la imagen se ha acelerado.
  Hoy, según investigaciones, parece que el espectador no retiene la atención
  por mas de dos segundos a la mirada de un cartel, la imagen se ha hecho aún
  más presente con la acción de la televisión y la publicidad.
  Jean Baudrillard y Paul Virilio al analizar las nuevas tecnologías de
  la imagen dicen que "el efecto de lo real tiende a suplantar la realidad
  misma". Al mismo tiempo lo que sí vemos que está sucediendo
  es el fenómeno de invisibilidad dado por este exceso de imágenes.
  Este exceso de oferta lleva a la banalización de la imagen haciéndola
  transparente. 
  Dada esta situación de exceso de imágenes y a pesar de que en
  la actualidad hay gran consenso frente al hecho de que las imágenes
  transmiten información acerca del mundo percibido y visualmente codificado
  por cada cultura, se hace necesario entender como el espectro de la violencia
  política de nuestro país transmitida de manera insistente a través
  de los medios de comunicación, atraviesa al mundo del arte y su propia
  construcción simbólica interfiriendo en un territorio que para
  mí es de lectura y asimilación propia e independiente. 
   
  Gadamer en su texto La actualidad de lo bello ó\ce: "mientras la
  historia tan sólo narra lo que ha sucedido la poesía cuenta lo
  que siempre puede suceder". 
  La historia y la información entran y penetran al espacio del arte,
  entran al museo y a los escenarios de la cultura a través de la obra
  de arte. Es de inmediata noción pensar que en este desplazamiento, este
  cuerpo de obras no pueden regresar al espectro de la información, deben
  entrar mas bien al lugar de la cultura, constituyendo el conjunto de sensibilidades
  propias de nuestra temporalidad que permiten activar la mirada del espectador. 
  Parecería, y voy a atreverme a mencionar, que desde el Arte tendríamos
  que ir hacia una resistencia de lo inmediato, una resistencia hacia el trabajar
  paralelo con la realidad de la información, abrir vuelo hacia una dimensión
  que pueda atravesar la poética, donde se presente un constante ir y
  venir, un vaivén, es decir, un movimiento que no este vinculado a fin
  alguno pero que más que nunca pertenezca a la vida. Esta oscilación
  constante intenta negar metas predeterminadas del movimiento donde ha de detenerse.
  Aquí nos referimos a ese automovimiento que implica un estado vital
  constante, que habla de ese exceso que todo artista posee que intenta transformar
  el distanciamiento del espectador. 
  Vale la pena mencionar el anticipo a un pensamiento de lo diverso que propone
  la indiscutible obra "Las Meninas" de Velásquez donde se expresa
  un "espacio ilusorio y expandido" hacia el territorio del observador
  del cuadro, quien queda así integrado en su espacio nuevo, que le permite
  reconstruir su imaginación y soñar otros mundos su comienzo y
  su fin o como sucede en "Alicia en el país de las maravillas" cuando
  su hermana sueña con los mismos personajes fantásticos con los
  que sueña Alicia generando otro encuentro de espacio, un laberinto cargado
  de mundos posibles y de sorpresas, o toda la propuesta por la cuarta dimensión
  que se debate en el "Gran Vidrio" de Duchamp, donde ya no hay camino
  recto, lineal y expedito, pues lo que se construye es una multiplicidad de
  recorridos sin obviedad alguna. Quisiera entonces aproximarme a una definición
  del concepto "violencia" en el contexto que nos ocupa: el arte: Jean
  Genet definió violencia así: "Violencia
  y vida son virtualmente sinónimos. El brote del maíz que nace
  en la tierra helada, el pico del gorrión desgarrando la cascara del
  huevo, la fecundación
  de la mujer, el nacimiento de un niño, todo es testimonio de
  violencia".  Violencia es lo que opera como parte constitutiva
  de la belleza y de la muerte. Como transición.  El grito es la
  esperanza de vivir. 
  Genet excluye y diferencia la violencia de la brutalidad. 
  El diccionario define violencia así: "Fuerza
  interna, impetuosa: la violencia del viento, de las pasiones." 
  Cuando una obra de arte hace presente la violencia tiene que ver con la vida,
  con la sobrevivencia, con el deseo de vivir y por consiguiente con la muerte.
  El dolor y el placer como sensaciones mutuas que no son independientes. El
  artista tiene que preguntarse por la vida, por lo que es capaz de decir por
  lo que es capaz de ver. Se trataría entonces de configurar y de revelar
  un modo de vida, una posibilidad vital de un modo de existencia. Generar y
  construir desde su obra una postura. El artista carga violencia para hablar
  de ella. Esta violencia estará en él contenida, dominada, convertida
  en valor. Pienso que ante ciertos hechos, situaciones, revelaciones hay que
  estremecerse y temblar de violencia. Me atrevería a mencionar que se
  trataría de una violencia pasional, como la violencia de un guerrero,
  de dar rienda suelta a un torrente incontenible de energía agresiva
  retenida. Este pensamiento, este cúmulo de experiencias tendrá que
  estallar en la audiencia. 
  Susan Sontang en su ensayo sobre Artaud dice: "El verdadero dolor es sentir
  como el pensamiento se revuelve dentro de nosotros"... "El arte insultante
  es un intento por atajar la corrupción del arte, la triviali-zación
  del sufrimiento". Cada vez creo con mas decisión que acercarnos
  al arte significa pensar pero particularmente, pensarnos. Cuando enfrentamos
  este pensarnos hay todo un acto violento de ingresar de penetrar en el propio
  riesgo que significa enfrentar el propio miedo, la propia ilusión. Se
  hace necesario diferenciar ese rasgo al que todos tememos: la violencia física,
  para pasar al ejercicio extremo y violento de manifestar el pensamiento. "Delleuze
  dice: 
  pensar es afrontar una línea en la que necesariamente se juega la muerte
  y la vida, la razón y la locura, una línea en la que uno se halla
  implicado". 
   
  El ejercicio del arte nos permite hacer visibles situaciones, sentimientos,
  percepciones, que en otras condiciones no podrían verse. La creación
  podríamos situarla en un espacio donde el artista se encuentra atrapado
  entre un conjunto de imposibilidades de muy diverso tipo. Este proceso consciente
  de ser atrapado por sus propios miedos y deseos lo violenta, lo expone a manifestarse.
  Este propósito de hacer arte se localiza en una opción de liberación
  de la vida allí donde se encuentra limitada, atrapada; entonces se trata
  de conformar una actitud que profundice en las cosas para que de ellas se deriven
  sus líneas de fuga, sus relaciones, sus ejes. 
  Un artista no puede conformarse con realizar una obra únicamente soportada
  en el yo, soportada solo en sus dificultades, en sus recuerdos. Por el contrario
  se nos exige enfrentar un proceso liberador de esa vida de lo colectivo que
  ha sido aprisionada por ella misma. 
  Encuentro que el exceso de vida, la amplísima energía vital que
  se habita en el ser sensible lo que le produce es un exceso de vida no una
  muerte. Esta acumulación de excesos violentan ante la imposibilidad
  de manifestarse. La sensación de muerte podría ser el paso, la
  conexión hacia la creación. Entonces estamos frente al proceso
  de atrapar, de asimilar, de asociar ese torrente de experiencias que se acumulan
  y que se expresan en el hacer, surge un conocimiento vivido como ejercicio
  eso que nos permite aproximarnos a la realización de la obra de arte.
  Cuando dibujamos, pintamos, filmamos, grabamos, cortamos, escribimos o, componemos,
  revelamos una potencia de vida que se resiste a contenerse. La obra así le
  permite una salida a la experiencia, al pensamiento. Una vuelta del hombre
  sobre si mismo, un descenso a su propia interioridad evitando y dejando de
  lado las fijaciones discursivas y externas para regresar y generar el puente
  de lo colectivo hacia la generación de transmisiones simbólicas
  revelando una determinada temporalidad y espacialidad. 
  Tengo a la mano un ejemplo concreto sobre el proceso de aproximación
  de Alfredo Jarr artista Chileno a un genocidio sucedido en Ruanda en 1994,
  el dice: 
  "
  Ruanda sufría un genocidio, el tercero de este siglo, los muertos se
  multiplicaban día a día, y la comunidad internacional no reaccionaba.
  Yo seguía la tragedia como podía a través de la prensa
  internacional pero llegó un momento para mi en el que los artículos
  de prensa ya no me bastaron y tuve que ir. Así de simple., tuve que
  ir. Fue posiblemente la decisión más loca de mi vida pero fue
  así. Cuando volví traje más de 3.000 imágenes llenas
  de sufrimiento y dolor, las imágenes mas tristes que he tomado en mis
  20 años como artista. Pero aún así, el desfase entre estas
  imágenes y la realidad era tan grande que encontré estas imágenes
  incapaces de comunicar todo aquello que hubiera querido comunicar con ellas:
  el infinito dolor, la vergüenza que sentí como ser humano, tantas
  cosas... Fue así como decidí presentarlas pero no mostrarlas,
  imágenes ciegas, imágenes muertas. Un memorial para Ruanda. Pense
  entonces que ahora las imágenes han perdido su capacidad de afectamos,
  su ausencia tal vez nos permita verlas mejor. Las imágenes son el signo
  más banal del duelo, una mirada que llega demasiado tarde. Por otro
  lado, ¿como crear después de un genocidio? Esta fue la pregunta
  celebre de Adorno cuando afirmó que después de Auchwitz no habría
  más poesía. Tal vez habría que probar el camino exactamente
  inverso: necesitamos más poesía que nunca". Cita al poeta
  William Carlos Williams con el siguiente poema: 
  «
  Es difícil leer las noticias en los poemas, 
  y no obstante los hombres mueren miserablemente cada día, 
  por falta de lo que se encuentra en ellos.» 
  Cuando en el inicio de este texto me refería al pensamiento no puedo
  dejar de mencionar 
"
  la mirada" que precede al gesto, que se anticipa a la palabra. Virilio
  dice: "Lo esencial para el ojo humano es invisible, y dado que todo es
  ilusión, el arte no sería más que la manipulación
  de nuestras ilusiones". 
  Cuando hablamos de arte en lo primero que se piensa es en lo visual. La pintura
  y la Escultura son llamadas las Artes Visuales. Lo visual, históricamente
  ha sido la respuesta dominante del público ante el arte. La mirada tiene
  un sentido poético y creativo que no tiene lo físico de la visión.
  El mirar nos localiza en el lugar del habla, del pensamiento, de la sensación,
  de la emoción. De esta manera lo que deseamos es lo que percibimos. "La
  mirada supone la voluntad de impregnar de nuestra esencia todo aquello en lo
  que pensamos, de lo que hablamos, lo que nos hace sentir, para prolongar de
  este modo, nuestra epidermis mucho más allá de donde termina
  nuestro cuerpo. Finalizamos en el lugar de la mirada" Mirar es un acontecimiento
  de introspección e interpretación. Nos hace ser creativos siempre. "La
  creatividad de la mirada hace transparente aquello opaco de la visión.
  La mirada evita la apariencia para permitir dar salida a lo que somos. La mirada
  crea el espacio, lo inunda." (Artículo de Jaume Barrera, revista
  Lápiz No. 144) 
  En este siglo ya podemos mencionar que el arte es todo cuerpo, una experiencia,
  un invisible de los sentidos y del pensamiento. Esta sensualidad es la base
  de su verdad conceptual y su naturaleza como pensamiento. Cuando podemos aceptar
  que la /, obra de arte tiene que ver con el cuerpo estamos ampliando esa percepción
  visual única que ha dominado al arte. Cuando -entendemos que una imagen
  revela el cuerpo estamos liberando la idea de lo  visual dominante y nos permitimos
  entrar a una diversidad de relaciones que rebasan  lo anecdótico, lo
  histórico para ingresar a , dimensiones evocadoras de espacio y ' tiempo
  mas complejas sentidas desde nuestro encuentro.  
  Esta introducción del tiempo en las artes visuales las hace vivas, activas,
  poseen una existencia a partir de nuestros pensamientos e imaginación.
  Aparecen conceptos de identidad múltiple,
 contradicción
  transformación, instante en tiempo presente, futuro o pasado, es la
  experiencia que se transmite ahí en el instante en la mente y en el
  corazón del espectador. Pensar que el arte podría estar localizado
  en ese conjunto de leyes sensibles que comunican lo no dicho sería por
  principio una contradicción para muchos que esperan encontrar por el
  contrario el relato ya dicho. Sabemos que estamos frente a un hecho claramente
  complejo pero que se hace necesario entender. Pensaría que las imágenes
  no preexisten, se crean. El proceso de crear una imagen, de adquirirla no se
  da de manera instantánea es un proceso perceptivo consolidado entre
  un tiempo y un espacio vividos y adquiridos. 
   
  El contexto de esta exposición que de una u otra forma nos revela la
  carga vital que estaría inmersa en la obra de arte por fuera de discursos
  e ideologías circunstanciales tendría que estar revelando no
  la escasa profundidad de campo de nuestro sistema ocular sino el hecho de la
  apremiante amplitud de la profundidad de tiempo y espacio que se requiere del
  arte para que ocupe su verdadero lugar en la cultura. Esta metáfora
  de la profundidad de campo estrecha y a veces reducida a los acontecimientos
  mas políticos que violentos, también parece que en muchos casos
  hace referencia a un pasivo sufrir como postración dejando de lado el
  convertirse en intervención activa liberadora. 
  Gadamer ante la idea de visitar un museo dice: "Todos por experiencia
  propia sabemos que visitar un museo o escuchar un concierto son tareas de intensísima
  actividad espiritual. ¿Qué es lo que se hace? Ciertamente, hay
  aquí algunas diferencias: uno es un arte interpretativo; en el otro
  no se trata ya de la reproducción, sino que se está ante la obra,
  ante el original. Después de visitar un museo, no se sale de él
  con el mismo sentimiento vital con el que se entró: si se ha tenido
  realmente la experiencia del Arte, el mundo se habrá vuelto mas leve
  y luminoso. Toda obra deja al que la recibe un espacio de juego que tiene que
  llenar". No pienso que la tarea del artista hoy esté reducida a
  producir una obra para contemplar el mundo sino desarrollar y afilar un pensamiento
  artístico que apunte a una radical transformación. "Se trata
  entonces, como dice Diño Formaggio en La muerte del arte y la estética
  de sustituir ese placer sobretodo epidérmico y externo por un goce que
  suceda en el plano de la inteligencia". Y para terminar debo decir que
  en estos momentos difíciles cargado de riesgo y temor el arte siempre
  hace que algo permanezca. 
  (Texto presentado en el foro paralelo a la exposición "Arte y violencia",
  Museo de Arte Moderno de Bogotá, junio-julio, 1999.) 
      "Violencia y vida son virtualmente sinónimos. El brote del maíz
  que nace en la tierra helada, el pico del gorrión desgarrando la cascara
  del huevo, la fecundación de la mujer, el nacimiento de un niño-
  todo es testimonio de violencia" 
  Jean Genet 
 
  Bibliografía 
  Debray, Regis Vida y muerte del arte. Raidos 
  Comunicación. 
  Deleuze, Gilíes Conversaciones 
  Pre-Textos,1996 
  Gadamer Hans-Georg La actualidad de lo bello. 
  Raidos, 1991. 
  Gubern Román Del bisonte a la realidad virtual 
  Anagrama, 1996. 
  Revista Lápiz A/o. 145. Entrevista a Alfredo Jarr. 
  Formaggio, Diño. "La muerte del arte y la 
  estética. Grijalbo,1983. 
  Viola, Bill. Reasons for knocking at an empty 
  house Writings 1973-1994, MIT Press, 1998. 
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