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> Poliniza 2006
Festival de Arte Urbano

Universidad Politécnica de Valencia
Del 4 de abril al 8 de junio del 2006



 

POLINIZA 2006 es el primer festival de arte urbano que tiene lugar en nuestra ciudad, promovido por el Vicerrector de Cultura de la Universidad Politécnica de Valencia, Joan Peiró; iniciado el pasado martes 4 de abril, concluirá con la clausura de la exposición POLINIZA en la Sala de Exposiciones de Rectorado, el próximo jueves 8 de junio.

Belin

Julieta

Sat One

Nano 4814

Las actividades vinculadas a la pintura de POLINIZA 2006, han supuesto para la Universidad cierta normalización de lo cotidiano, es decir, y disculpen la burda simplicidad, el dibujar y pintar con colores sobre el muro. Resulta significativo que la pintura forme parte de la vida diaria de decenas de alumnos, independientemente de su formación; el llenar su tiempo libre "quedando para pintar" con esmalte en aerosol, nos parece una actividad inusitada y escasa en la práctica más convencional de las artes. Esta ocupación no solo la desarrollan localmente, son habituales los encuentros internacionales de estilos, y como no, los festivales de arte urbano vinculados casi siempre a tendencias musicales cercanas al hip hop; emblemáticos son el Festival de Cultura Urbana de Madrid, el Urban Art de Barcelona o el Urban Xpressions en Las Palmas de Gran Canaria.

La fascinación por pintar en las paredes quizás señala síntomas, reivindica la necesidad de participar en la gestión y uso de los espacios públicos por parte de los jóvenes, con ansiedad y desconcierto, pero interviniendo de manera efímera y autogestionada. Pretenden, y en ocasiones lo consiguen, embellecer el paisaje urbano tan solo con colores; el decorado de las ciudades cambia y se acerca a lo vivo, agrede menos visualmente; las piezas ejecutadas bajo pseudónimo presentan distintas intencionalidades, poseen diferentes funciones, complejas y confusas, ¿serán contradictorias por asociarse a la juventud? Los extremos de esta madeja podrían cerrarla dos cabos:

Uno bruto, cercano a la pintada, con clara función enfática y publicitaria, de bombardeo del nombre; la realizan quienes exclusivamente escriben su firma (tag), son los originales graffiti writers, los escritores de graffiti que mantienen la ilegalidad del término y su postura ilícita los hace impopulares, "a nadie le gusta que le pinten la puerta de su casa". El servicio social a la comunidad o el habilitar espacios públicos de libre expresión en el centro y la periferia de las ciudades podría paliar esta situación problemática...pero ese es otro tema, el cómo, y el por qué se producen los conflictos y cuáles serían los posibles remedios.

El otro extremo nos acerca a la pintura mural, que durante siglos fue sinónimo de pintura, posee una función estética, forma parte de la estructura arquitectónica, se inscribe dentro del muro y su entorno, sus funciones están decididas de antemano; podrían ser ejemplos las obras de Satone, Blu y San en el muro de Rectorado, Julieta y Belin en el ágora del nuevo aulario de Bellas Artes o RT, Sixe y Nano 4814 en la fachada este junto al Camino de Vera, entre otras piezas de los autores seleccionados para nuestro Festival; huelga decir que han pintado murales y que algunos graffiti han surgido espontáneamente en los espacios libres junto a los mismos.

El graffiti urbano ha evolucionado durante ya casi tres décadas, reconozcamos que produciendo una deriva de intereses comerciales y estéticos; el gesto primigenio del graffiti moderno, la autoafirmación de los que se sienten minoría, la búsqueda del respeto y el reconocimiento en el barrio, posee un sentido de subcultura para colectivos marginales o disidentes del sistema establecido. Esta manifestación estética de la cultura popular se analiza antropológicamente por su valor documental y es apreciada por sociólogos e historiadores como testigo del presente. Desde el punto de vista plástico, ofrece una sugerente riqueza de contaminaciones gráficas, "las raíces, el tronco y las ramas de un movimiento llamado graffiti" (2) han desarrollado estilos fácilmente identificables; para ello es necesario el diálogo y el mestizaje, el intercambio crítico e intenso, entre los escritores de graffiti y la sociedad en la que viven. Predadores sensibles a esta realidad, publicistas y creativos de publicidad, han sido los primeros en fagocitar y digerir imágenes y actitudes, para aplicarlas posteriormente, con técnicas de venta de producto, a campañas publicitarias dirigidas a los segmentos más consumistas de la población. Paradójicamente, la salida profesional de muchos jóvenes que empezaron pintando ilegalmente en la calle, se dirige a la publicidad o la decoración. Otros se han acercado a las artes plásticas, ampliando así su formación, gracias a la motivación que supuso en su adolescencia el contacto con el mundo del graffiti.


Debemos articular la pertinencia y el significado del Festival Poliniza en la UPV y la colaboración de la Facultad de Bellas Artes (ubicada en un edificio extrañamente vacío de imágenes y colores, que próximamente se derribará para construir otro en su lugar), con la sensibilidad mostrada al facilitar y auspiciar esta experiencia colectiva; ello ha permitido la convivencia durante tres días de artistas europeos procedentes de Munich, Milán, Bolonia, Vigo, Madrid, Barcelona, Girona, Sevilla, Jaén, Alicante y Valencia, y contemplar el proceso y el resultado de su trabajo in situ, sobre el muro del Rectorado y las paredes exteriores e interiores del edificio de Bellas Artes, así como los cuadros exhibidos en la Sala de Exposiciones de Rectorado, realizados a propósito para la muestra.

Durante la preparación del festival, nos propusimos objetivos preferentes: el primero señalaba la conveniencia de pintar sobre el soporte mural y no en ningún otro, por su simbología y ubicación privilegiada debían ser paredes situadas dentro de la Universidad Politécnica; otro atendía a la selección de autores, de suficiente calidad y trabajo previo, interesados en explorar de los límites del graffiti y sus derrotas técnicas y conceptuales. Los factores que influyeron en la selección de los artistas: la naturaleza e intencionalidad de sus intervenciones urbanas, preferentemente con carácter mural y pintura; el contenido crítico o al menos el estilo consolidado, capaz de significar en espacios saturados de imágenes; y finalmente, el currículum, de reconocido prestigio en ese otro universo paralelo a la Academia y que engloba la etiqueta Arte Urbano.

La selección inicial de treinta y cinco nombres pronto quedó reducida a veintitrés y decantada a los dieciocho que reseñamos a continuación. No sin polémica, y dejando fluir los humores, se produjo la adscripción a los espacios permitidos, y la formación de las crews (3), metafóricamente hablando, los enjambres encargados de polinizar los muros.

 

> Poliniza 2007
Festival de Arte Urbano

Comisario: Juan Canales Hidalgo
Universidad Politécnica de Valencia
Del 24 al 27 de abril del 2007

El entorno urbano aglutina y sufre múltiples incursiones con intencionalidad más o menos estética y reivindicativa. Algunas de ellas derivan de los graffiti, las casi pintadas de guerra, que a finales de los años setenta marcaban los vagones de los trenes del Harlem neoyorquino; como conducta vandálica y delictiva, fue perseguida durante las últimas décadas por las administraciones locales, pero en aquel contexto sociopolítico, han encontrado amplia repercusión y justificación por diferentes autores de las más variadas disciplinas, desde la antropología hasta la plástica contemporánea… aquellas acciones supusieron el arranque de un polémico movimiento. En definitiva, esta manifestación de la cultura popular se analiza antropológicamente por su valor documental y es apreciada por sociólogos e historiadores como testigo del presente.

PSP Lahe Ausias

El graffiti movement, vinculado a la subcultura hip hop, facilitó la descompresión de cierto ambiente enrarecido, por lo marginal, y la ocupación de las pandillas de jóvenes en otras tareas más inofensivas.

La inicial autoafirmación de las minorías étnicas en Norteamérica, se trasladó durante los años ochenta, en ocasiones forma mimética, sin ningún trasfondo social, estético o conceptual a Europa, (toyacos, descerebrados que siguen las modas, en el argot al uso). Sin embargo, también se trasvasaron aportaciones, que fluyen ya globalmente, fruto del diálogo y el mestizaje, del intercambio crítico e intenso, entre los artistas y la sociedad en la que viven.

El graffiti como fenómeno urbano produce una considerable deriva de intereses comerciales; el gesto primigenio, la autoafirmación de los que se sienten minoría, la búsqueda del respeto y el reconocimiento en el barrio, posee un sentido de subcultura para colectivos marginales o disidentes del sistema establecido, pero ha sido plenamente asimilado por la industria de la moda, la música, el diseño y la decoración. Desde el punto de vista plástico, es sugerente la riqueza de las contaminaciones gráficas de las raíces, el tronco y las ramas de un movimiento llamado graffiti, según Fernando Figueroa Saavedra, que han desarrollado unas tipologías y estilos fácilmente identificables.

Predadores sensibles a esta realidad, publicistas y creativos de publicidad, han sido los primeros en fagocitar y digerir imágenes y actitudes, para aplicarlas posteriormente, con técnicas de venta de producto, a campañas publicitarias dirigidas a los segmentos más consumistas de la población.
Paradójicamente, la salida profesional de muchos jóvenes formados en nuestra Universidad y que empezaron pintando ilegalmente en la calle, se dirige a la publicidad o la decoración. Otros se han acercado a las artes plásticas, ampliando así su formación, gracias a la motivación que supuso en su adolescencia el contacto con el mundo del graffiti. Las aportaciones positivas han permitido la evolución del agresivo tag, y la old school, a un posgraffiti mural y a las actuaciones inscritas en el llamado urban art, donde la mezcla multimedia y multiétnica refresca nuestro presente.

Objetivos generales y específicos

La Universidad Politécnica de Valencia, busca promover con POLINIZA 2007, la convivencia y el trabajo entre creadores procedentes de San Diego, México DF, Nezahualcoyotl, Rotterdam, Burdeos, Sevilla, Zaragoza, Barcelona, Alicante, Alzira y Valencia (en la edición anterior desde Munich, Milán, Bolonia, Vigo, Cáceres, Madrid, Barcelona, Girona, Sevilla, Jaén, Alicante y Valencia).

Pretende, con la colaboración de los artistas, formar crews (bandas o enjambres polinizadores en sentido figurado): grupos de personas reunidas para intervenir con pintura en lugares específicos del campus universitario.

Y con ello incrementar el interés de la comunidad universitaria en particular y de la sociedad valenciana en general, por las actividades colectivas vinculadas a la pintura.

A su vez, difundir lo cotidiano, es decir, y disculpen la burda simplicidad, el dibujar y pintar con colores sobre muros habilitados para ello. Resulta significativo que la pintura forme parte de la vida diaria de decenas de alumnos, independientemente de su formación; el llenar su tiempo libre "quedando para pintar" con esmalte en aerosol en tapias de solares o fábricas abandonadas, nos parece una actividad inusitada y escasa en la práctica más convencional de las artes.

Explorar los límites de la pintura mural y el arte urbano, aprovechando las dimensiones de pequeño pueblo, pero densamente poblado, que tiene la Universidad Politécnica y que la convierte en atractivo laboratorio. Con ello embellecer el paisaje urbano; el decorado de las ciudades cambia y se acerca a lo vivo; las piezas ejecutadas bajo pseudónimo presentan distintas intencionalidades, poseen diferentes funciones, complejas y contradictorias, pero son términos asociados a la juventud y la vida.

Seleccionar autores, con calidad y trabajo previo, interesados también en explorar de los límites del graffiti y sus derrotas técnicas y conceptuales. Los factores que influyeron en la selección de los artistas: la naturaleza e intencionalidad de sus intervenciones urbanas, preferentemente con carácter mural y pintura; el contenido crítico o al menos el estilo consolidado, capaz de significar en espacios saturados de imágenes; y finalmente, el currículum, de reconocido prestigio en ese otro universo paralelo a la Academia y que engloba la etiqueta anglosajona de urban art.

Algunas reflexiones finales sobre los objetivos específicos

La fascinación por pintar en las paredes quizás señala síntomas, reivindica la necesidad de participar en la gestión y uso de los espacios públicos por parte de los jóvenes, con ansiedad y desconcierto, pero interviniendo de manera efímera y autogestionada. Los extremos de esta madeja podrían cerrarla dos cabos:

* Uno bruto, cercano a la pintada ilegal, con clara función enfática y publicitaria, de bombardeo del nombre; la realizan quienes exclusivamente escriben su firma (tag), son los originales graffiti writers, los escritores de graffiti que mantienen la rebeldía del término y su postura ilícita los hace impopulares, "a nadie le gusta que le pinten la puerta de su casa". El servicio social a la comunidad o el habilitar espacios públicos de libre expresión en el centro y la periferia de las ciudades podría paliar esta situación problemática...conocer el cómo, y el por qué se producen los conflictos y cuáles serían los posibles remedios y contribuir a ello también sería un objetivo específico de POLINIZA.

* El otro extremo nos acerca a la pintura mural, que durante siglos fue sinónimo de pintura, posee una función estética, forma parte de la estructura arquitectónica, se inscribe dentro del muro y su entorno, sus funciones están decididas de antemano; son ejemplo los autores seleccionados para nuestro anterior Festival y los murales que pintaron. Revisar la asociación del color y la imagen a la arquitectura y el espacio urbano, actualmente copada por la publicidad exterior, empleando las herramientas de la plástica contemporánea.