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Patricia Cocchi

In materia

Un nuevo lenguaje. Una nueva forma de comunicación. El Humano a partir del siglo veinte dejará de ser y será. Especular sobre el origen de esta mutación nos puede enfrentar a teorías muy diversas. Decir explosión no es decir ruptura.

Las vanguardias estéticas guardan el secreto de una contemplación diferente. Son un nuevo modo de ver el ser humano y el mundo. De percibir la realidad. Tenemos en ellas las coordenadas para encontrarnos en el siglo veintiuno.

Un Humano que trasciende el límite del propio cuerpo. Mirando hacia sus adentros encuentra impulsos que ya no frena, imágenes absurdas, abismos. Mirando hacia afuera la masa de que está hecho, el ser social por excelencia, su lugar en la configuración social y el de sus padres. Aquí radica la fuerza de estos movimientos, la gran conexión del adentro y el afuera, los poros de la piel. Citemos la autoridad de Holbach: los cuerpos son exclusivamente materiales, entre ellos están enlazados por las fuerzas interiores de que están dotados.

Un nuevo lenguaje. Una nueva forma de comunicación. El Humano a partir del siglo veinte dejará de ser y será. Especular sobre el origen de esta mutación nos puede enfrentar a teorías muy diversas. Decir explosión no es decir ruptura.

Las vanguardias estéticas guardan el secreto de una contemplación diferente. Son un nuevo modo de ver el ser humano y el mundo. De percibir la realidad. Tenemos en ellas las coordenadas para encontrarnos en el siglo veintiuno.

Un Humano que trasciende el límite de propio cuerpo. Mirando hacia sus adentros encuentra impulsos que ya no frena, imágenes absurdas, abismos. Mirando hacia afuera la masa de que está hecho, el ser social por excelencia, su lugar en la configuración social y el de sus padres. Aquí radica la fuerza de estos movimientos, la gran conexión del adentro y el afuera, los poros de la piel.

Citemos la autoridad de Holbach: los cuerpos son exclusivamente materiales, entre ellos están enlazados por las fuerzas interiores de que están dotados.

En este cuadro vemos el concepto trabajado por un uruguayo. No hay un límite en la expansión del ser que se alimenta de su entorno. Los brazos y las piernas son cintas que se continúan, carreteras abiertas. La figura está compuesta por átomos, los mismos en las dos fuerzas que se encuentran: gravitación y expulsión.

Este nuevo modo de vida es posible gracias a un proceso, su inicio está íntimamente relacionado con el desarrollo del pensamiento simbólico. Swedeborg relativiza la realidad visible adjudicándole a la Humanidad la capacidad de relacionarse con ella no a través de los sentidos sino a través de una percepción que dio a llamar “espiritual”(1). Los símbolos del mundo físico tenían un “doble sentido, uno reconocible por las percepciones físicas, otro por sus percepciones espirituales” , denotación y connotación. Leer el interior de las sensaciones abre una nueva dimensión en la capacidad humana de conformar la realidad y la personalidad.

Un símbolo encierra en sí mismo una abstracción primitiva. Trabaja otra zona de la realidad, y por lo tanto ejercita otro tipo de inteligencia. En el tránsito entre el punto de partida y el de llegada (un sentimiento, una explicación, una intuición una sensación) radica el placer en la obra de arte. La realidad se vuelve mucho más compleja, y el camino que recorre la Humanidad para comprenderse y para comprender el mundo se enriquece considerablemente. La metáfora como recurso del arte literaria desmaterializa o le quita a las palabras que la constituyen su sentido literal, forma así, un nuevo significado independiente. De esa misma manera los sonidos de cada palabra en diálogo con las otras se escuchan, se sienten como nunca antes. Hay algo en la estructura del pensamiento que se ha transformado. Los dandis, paradójicamente son los primeros en jactarse de utilizar un lenguaje simbolista y en utilizar su cuerpo con un criterio plástico y como arma de escándalo y denuncia. Se regocijan con su apariencia y con lo que la misma es capaz de reflejar.

Como si esto fuera poco las guerras aportan ese binarismo de construcción y destrucción. La posibilidad de que el mundo se transforme en beneficios para la humanidad choca con la defensa de un sistema (que desde entonces sigue en decadencia), por defender el modo de vida institucionalizado y por sentirse cómodos en su rigidez. El resultado: la flagelación de los cuerpos, las miserias de la guerra. El ánimo de los visionarios, de los que se atreven, es de rebeldía, un grito contra todo desde donde se ejerza la hegemonía del poder. Y, sobre todo, la necesidad de sacar a todos de la cueva de Platón. De muy diversas formas, y guiados a través de muy diversos sentimientos.

El Hombre ingresa al mundo y el mundo ingresa al Hombre.

En pintura una demostración de habilidad y destreza es el imitar la materia de que están hechas las cosas, la tela, la piel, la luz, las mayores características extraídas de un esfuerzo agudo de observación. A partir de la vanguardia ese criterio mimético es dejado a un lado. Primero porque la fotografía logra captar la materia por la materia misma, la imagen del agua surge del agua y la de la madera surge de la madera misma. Alcanzando un peso grandísimo en las sugerencias que desata. Segundo, porque por primera vez se empieza a introducir el uso de la materia como parte integrante de un cuadro. Un paso reconocible es la corporización del óleo, a través de su presencia en los trazos.

Incluir materia en un cuadro es un procedimiento diferente. Develoy hace referencia al mismo como a un “acontecimiento poético”. Braque fue el primer pintor reconocido en incorporar papel como materia papel. Fue en 1907, utilizó trozos de diarios. El movimiento al que pertenecía; cubismo. No es de extrañarnos que fuese esta opción estética la que lo lograra. Mantiene una especial relación de los objetos con el plano, el deseo manifiesto de querer adueñarse de todas las dimensiones tangibles la realidad deriva en deformaciones agudamente geometrizadas. Una guitarra se compone así de filosos límites, rectángulos, triángulos, puntas recortadas, que deberían lastimar la mano que intentara agarrarla. Las formas se integran entre sí en punzante armonía. El mundo, los objetos, se vuelven agresivos, se cargan de cierta agresividad. Se aleja de lo orgánico. Esto es muy significativo porque se está enunciando antes de la guerra y antes de que el consumismo llegue a cifras maravillosas.

Ahora, tomar un pedazo de “realidad tosca, vulgar, indigente” (2) y hacerlo participar como materia de arte, nos afirma la convicción de que el hombre se está apropiando del mundo, aprovecha a su servicio las sugestiones de lo que años atrás había constituido la esencia de la realidad: la solidez de la materia y la relativiza. Contribuyendo a uno de los pilares más fuertes de la nueva cosmología: la materia es simple posibilidad, no tiene realidad por sí misma. Necesita de una forma que la actualice.

La desautomatización de la materia, tomarla, aislarla, relacionarla, darle un lugar y una función que hasta entonces no tenía logra un efecto de fuerte impacto en el espectador. Apela a las experiencias previas, a la memoria corporal y sensorial; a la vez se reivindica como esencia en sí misma. Establece una relación bilateral, el hombre ejerce una acción sobre la materia y la materia ejerce una acción sobre el hombre. Es una presencia realmente activa de la realidad en el arte (3).

Al manejo de esta posibilidad de sugerencia no tenemos por qué entenderlo como irracional, como afirmaba Max Ernst(4) en los comienzos del siglo veinte. Cronológicamente estaban empapados de un binarismo que oponía las facultades lógicas y racionales de la mente deductiva a todo lo que surgiera de la primitivez del cuerpo; Ariel y Calibán. Kant logra ser realmente ilustrativo, en su teoría la materia es lo dado, el dato sensible, la forma es la estructura o el orden.

Sencillamente la materia se relaciona con el tacto. Rompe el binarismo. La piel tiene su propio registro lógico. Involucrar la piel, el órgano sensorial más extenso del ser en motivaciones visuales o auditivas es involucrar la corporeidad, la materia que nos dibuja y nos constituye.

El collage se erige de esta manera como el antecedente de todas las artes corporales no teatrales.

Prigogine es un filósofo nacido en 1917. A fines de la primer gran guerra. Él nos habla de un nuevo diálogo del hombre con la naturaleza. Para fundamentarlo apela a una nueva visión de la materia donde esta ya no es pasiva (concepto mecánico(5) ) sino asociada a actividad espontánea. “Lo artificial es determinista y reversible. Antes la idea de pasividad permitía someter la naturaleza a leyes deterministas, carente de toda posibilidad de innovación y transformación. Lo natural contiene elementos esenciales de azar y reversibilidad”. La transición del caos al orden implica la autorregulación de la materia.”Estamos profundizando nuestros conocimientos sobre la naturaleza que nos rodea, y esto me parece de una importancia capital para la inserción de la vida en la materia y del hombre en la vida (6)”.

La creatividad es uno de los mitos del siglo. La posibilidad de crear sin cesar, espontáneamente, por sí mismo formas de relación nuevas con el mundo y con los demás. El gran aprendizaje del hombre en el siglo consiste en la reafirmación de la naturaleza del individuo. Nuestra creatividad manifiesta nuestra pertenencia.

En este nuevo siglo el arte está valorando un concepto que a partir del siglo veinte se dio a llamar espontaneidad(7) , vino a suplantar el de originalidad, su funcionamiento esta en discusión. La espontaneidad tiene mucho que ver con una acción que se desarrolla sin ser filtrada por la “razón”. Sin duda se basa en un registro del cuerpo, una memoria corporal que debe incluir algún tipo de lógica. Esa “lógica” está siendo investigada; las posibilidades de comprender nuestro cuerpo implica una comprensión abierta con los demás(8) . Aunque seguramente existan diferencias tan grandes como las del idioma entre pueblos y sectores, estamos hablando de un nuevo modo de relacionamiento entre los seres humanos que va más allá de la palabra.

Esta idea de armonía ha sido base del pensamiento de Itten y de todas las filosofías de vida que atienden en su doctrina la respiración del ser como principio. Hoy día puede practicarse Respiración Holotrópica(9) , a través de la misma se puede llegar a estados de percepción de lo que denominamos “energía” muy superiores al que manejamos normalmente. Cada vez el Hombre está siendo más perceptivo de esta realidad indiscutible, cuya forma de nominación debe encontrar una palabra o un símbolo más representativo y menos peyorativo.

La Bahaus ha sabido dibujar esta vivencia con sus cometas. La materia se trasciende a sí misma, se transforma y se eleva. Pasa a ocupar un espacio totalmente distinto, un espacio donde la materia es invisible, y que llamamos con todas las significaciones que implica “cielo”. El Aire es también el medio en que nos movemos y del que nos estamos alimentando. A nivel planetario representa el límite, la frontera natural con el resto del universo. Todos sentimos una conexión especial con el cielo. Estamos constituidos por esa materia que llamamos aire, que nos devuelve al nombrarla la idea de espíritu, la idea de aroma, la sensación de un perfume, de un color de un viento, de una temperatura, de un recuerdo que viaja y que nos conecta con determinada persona. La materia es todo y es una, y estas palabras de Eduardo Guillen nos remiten a la idea de origen, de principio; dotan de mistisismo lo inexplicable.

No es casualidad que culturas antiguas utilizaran pandorgas en festividades y como medio de comunicación. Ahora lo que es sumamente interesante y nuclear, es el peso que tiene La Bahaus, a través de sus diseños, en la vida cotidiana de la humanidad. Implica un nuevo relacionamiento del ser con su entorno. Que no deja de estar relacionado con el resumen de las formas de Kandisky, y sus investigaciones sinestésicas, porque en busca de una síntesis lo sencillo se vuelve altamente profundo en su capacidad sugestiva. Lo simple se carga de contenidos intersensoriales. La taza se resignifica, la silla se resignifica, el concepto de casa se resignifica, es incuestionable el peso de esta investigación colectiva. Aunque Itten estuviera poco de acuerdo con este aspecto comercial de la escuela, él mismo estará afirmando la relevancia de este aspecto: “Yo dibujo (pego) con papel una realidad sobre la superficie. Y lo hago de tal manera que la distribución de masa se realiza según nuestra sensación”. Si en vez de hablar de papel, hablamos de espacio, entonces, nos estaremos enfrentando a lo que puede ser la construcción de una silla. La relevancia de una silla para el hombre occidental es indiscutible, tiene que ver con la postura, con su comodidad, modifica su relación con el entorno. La taza para zurdos que veremos a continuación plantea una forma orgánica en sus curvas y en el modo de adaptarse a la mano, la forma que adquiere el líquido hace que se transforme el ritual de ingestión, donde pasamos a introducir dentro nuestro lo que escogemos como alimento. Parece estar sobreentendido que las relaciones que generamos con las comidas cambian nuestro cuerpo y lo modifican visiblemente.

Los objetos viven una temporalidad muy diferente a la nuestra. Un jarrón nos comunica con Grecia, una punta de flecha con nuestro pasado indígena . Nos unen a personas que están lejanas, a generaciones muertas, cuando le damos el valor de “regalos”. El movimiento Dadaísta ha constituido una de las revoluciones más importantes del siglo veinte en cuanto este tema. Tristan Tzara es consciente de la función social de este grupo “yo destruyo los cajones del cerebro y los de la organización social”. El colocar los objetos fuera de su lugar, los “ready made” de Duchamp van acompañados por el más excéntrico trabajo del cuerpo como materia. Ver un urinario en un museo, ese encuentro fortuito, me lleva a relacionarme de una manera diferente con ese urinario pero también con todo el resto de urinarios que vea, y no solo mientras dure la impresión porque queda el registro corporal del hecho. El cuerpo del espectador es parte de la revolución dadaísta, tanto como en las revoluciones políticas. No es casual que el mismo movimiento que coloca un urinario en un museo sea el precursor indiscutible del Happening y la Performance.

Es inevitable comprobar que la humanidad está llegando a un nuevo modo de comunicación. Muchos críticos tecnicistas están sumamente preocupados por el peso de la tecnología como medio de relacionarnos y el peligro de que sustituyan otras formas más “intuitivas”. Paul Virilo desde un planteo urbanista opina sobre la realidad virtual: “ la cuestión de la telepresencia deslocaliza la situación del cuerpo” “Hay ahí una amenaza considerable de la pérdida del otro, de ocaso de la presencia física en aras de una presencia inmaterial y virtual”. Enfrentados a este planteo podemos tender un nuevo puente hacia las vanguardias: esta vez respecto a la función del arte. Peligra el modo de ver el mundo mediado por un binarismo, por la idea de opuestos que se enfrentan, y donde uno no puede existir sin el otro. El lenguaje del otro es utilizado con otros fines, que sin embargo no tienen un límite preciso; todo parece estar restringido a lo que cada persona pude ver.

Respecto a la percepción, el arte. La conciencia corporal también plantea el peligro de perder la presencia personal, en aras de adquirir una más masiva. Imitar un saludo, deslocaliza la situación del cuerpo para introducir una presencia inmaterial y virtual, que vive en el colectivo.

El chileno Alexander del Re utiliza la tecnología como objeto con el que enriquece su propuesta performática de denuncia. Al situarla como objeto, parte de nuestra vida, y presentárnosla le otorga un lugar diferente, el espacio merecido. La conciencia de coexistir con “tecnología desarrolladas especialmente para la vigilancia”, es una conciencia corporal, en la medida en que se nos es comunicado a través del cuerpo (del artista y del espectador, ambos accionando). El modo Performance es un modo de comunicación muy directo, que excluye toda lógica racional. Es un forma de comunicación que se puede establecer entre personas que manejen distintas lenguas y distintas costumbres. Habla. El cuerpo en todas sus dimensiones, también en su dimensión aire, un espacio intangible.

Actualmente los celulares utilizan el espacio éter como sitio donde propagar sus ondas. Es una comunicación inmediatista y funcional, como las señales de humo, como las palomas mensajeras que tantas veces han sido motivo de arte. Debemos darle su lugar de herramienta. No es más que eso, una herramienta que solucionando y permitiendo cierto modo de comunicación habilita al descubrimiento de otros aspectos explorados intuitivamente. La tecnología es parte de nuestro mundo, no crea un mundo. Usamos la tecnología como usamos las más variadas materias en las artes plásticas.


NOTAS

(1)Ana Balakian, pp 26
(2)R. L. Develoy.
(3)M. De Micheli.
(4)Vitado por José Pierre.
(5)Pasaje al s XVIII, revolución industrial. Lo vivo puede describirse de forma análoga al mecanismo de un reloj. El mundo es una gran máquina, cuyo constructor hizo funcionar gracias a certeras regla. El SXIX desarrolla la idea de organismo que Parson aplicara a la sociedad. Hay un orden supremo capaz de organizarse y regularse.
(6)Prigogine, cursiva del autor.
(7)Tiene que ver con el postulado psicológico de Moreno, contemporáneo a Freud pero que utiliza una línea de investigación muy diferente; siempre implicando al cuerpo en actividad. Desarrolló el Psicodrama y el Teatro Espontáneo.
(8)María Laura García (Uruguaya, actriz, compañera) está profundizando su experimentación de un lenguaje único, también involucrando símbolos.
(9)Grof

BIBLIOGRAFÍA

Gabriel Peluffo Linari, Historia de la Pintura Uruguaya, Banda Oriental, Montevideo, 1999
Mario De Micheli, Las Vanguardias Artísticas del siglo XX, Alianza, Madrid, 1998
Ilya Prigogine, ¿Tan solo una ilusón?, Metatemas 3, Barcelona, 1993
Anna Balakin, El Movimiento Simbolista, Guadarrama, Madrid, 1969
Ángel Kalenberg, Artes Visuales del Uruguay, Testoni Estudios, Montevideo, 2001
Fernando García Esteban, Panorama de la Pintura Uruguaya contemporánea, Alfa, Montevideo, 1965
Ángel Kalenberg, Arte Urugayo y Otros, Galería Latina, Montevideo, 1990
Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX, Crítica, Barcelona, 1997
E. H. Gombrich, La Historia del Arte,Palaidon, Madrid- Hong Kong, 1997
Jorge Glusberg, El arte del Performance, Gaglione, Buenos Aires, 1982
R. L. Develoy, Dimensiones del Siglo XX, Skura, Barcelona, 1965
Angel Kalenberg, Reencuentro y Recuperación de lo Monstruoso, Aletheia, Montevideo, 1976
José Pierre, El Surrealismo, Aguilar, Madrid, 1966
Dietrich mahlow, principio Collage, Cantzsche Druckerei, Auslandsdeziehungen, 1981
Magdalena Droste, Bauhaus, Benedikttaschen, Verlag,1991
Rainer Wick, Pedagogía de la Bauhaus, Alianza, Madrid, 1982
Paul Virilo, Cibermundo, Dolmen, Santiago de Chile, 1997
Francisco Gomá, Historia de la Filosofía, Labor, Barcelona, 1960


Performer Patricia Cocchi, Hielo y Nylon, CCMEC, Uruguay


Gurvich, Hombre Astral Universal, Museo Gurvich, Uruguay


 

 

 

 

 

Alfredo Testoni, Muro Vikingo,Uruguay, 1959

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Germán Cabrera, Caballero Andante, Estructura de Hierro soldado, 1, 50 mts, Uruguay

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Débora Tern, Tazas, IENBA. Uruguay

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mario Pereira,Tango 3000, IENBA, Uruguay

 

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